-Tienes que enseñármelo todo.
Y allí estaba, en un piso alto de un hotel Sheraton. Caramba. Los había visto tantas veces en el cine como escenario de lujosas pasiones y crímenes, aunque una vez dentro tampoco eran gran cosa, la verdad. Al menos ese. Pero las vistas de la ciudad eran bastante hermosas. Tal vez de noche todas las ciudades se parecen desde las alturas. Pero daba lo mismo, era una situación interesante. Y le tocaba hacer de maestro. A él. Trató de no reir por no incomodar a su alumno, pero desde luego, si había alguien poco apropiado para una iniciación carnal, ese era él. Pensaba esto mientras admiraba la ciudad nochada y hermosa, mezclada con su propio reflejo en el cristal, reflejo que le costaba reconocer como propio, con esa camisa blanca recién estrenada y que no le sentaba nada mal, en realidad. Pero no solía vestir de blanco, así que lo que veía se le antojaba una aparición que le devolvía la mirada en un gesto burlesco.
Parecía un regalo del destino. Llevaba meses fantaseando con tener una aventura con alguien de color (negro, preferiblemente). Eran los últimos días de su viaje, y en aquella discoteca que tanto le había gustado y a la que acudió cada noche desde su descubrimiento, vió cumplido su deseo. Mientras bailaba encantado con la música que pinchaban, notó que aquel mulato grandote en el que se fijó nada más entrar no le quitaba ojo. No era especialmente atractivo, pero tenía un aire inocente muy curioso. Pensó en el Mago de Oz. Un corpachón que era manejado por una personita con ganas de comerse el mundo. Cuando entró en el taxi con él, en su cabeza Oz se convirtió en Alien. En el espacio, nadie puede oir tus gritos. Allí, a miles de kilómetros de su casa, con un desconocido que le llevaba a su hotel...optó por no pensar.
Mientras hacían una algo torpe coreografía en blanco y negro sobre la inmensa cama, le contó que era la primera vez que viajaba sin su padre, un (rico, seguramente, a juzgar por el alojamiento) empresario con negocios en varios paises que le tenía ferreamente controlado. Pero una repentina enfermedad impidió que hicieran este viaje juntos, y Oz, libre por primera vez, se lanzó en busca de un hombre (pensó en Bonnie Tyler y le costó reprimir una carcajada). Así que los dos estaban cumpliendo una fantasía, el destino es caprichoso, y aunque seguía sin verse como un maestro, recordó que en el reino de los ciegos, el tuerto es el rey, y salió bastante airoso del lance.
Caminaba sin estar muy seguro de haber cogido el rumbo exacto. Le costó romper el abrazo con el que Oz quería retenerlo. De haberse manejado mejor en el idioma, tal vez habría entendido los detalles que le contaba sobre los negocios de su padre, y el origen de esas extrañas marcas que tenía en el hombro. La frase "porque fuí un chico malo" no le habría sonado tan estremecedora y quizá se hubiera quedado dormido acurrucado entre sus grandes brazos, y disfrutado de uno de esos famosos desayunos de gran hotel. Pero el placer de caminar en el frescor del alba de aquella mágica ciudad no se lo iba a perder por mucho que el papel de chica del gangster resultara tentador.
Nunca lo sabrá.
Y allí estaba, en un piso alto de un hotel Sheraton. Caramba. Los había visto tantas veces en el cine como escenario de lujosas pasiones y crímenes, aunque una vez dentro tampoco eran gran cosa, la verdad. Al menos ese. Pero las vistas de la ciudad eran bastante hermosas. Tal vez de noche todas las ciudades se parecen desde las alturas. Pero daba lo mismo, era una situación interesante. Y le tocaba hacer de maestro. A él. Trató de no reir por no incomodar a su alumno, pero desde luego, si había alguien poco apropiado para una iniciación carnal, ese era él. Pensaba esto mientras admiraba la ciudad nochada y hermosa, mezclada con su propio reflejo en el cristal, reflejo que le costaba reconocer como propio, con esa camisa blanca recién estrenada y que no le sentaba nada mal, en realidad. Pero no solía vestir de blanco, así que lo que veía se le antojaba una aparición que le devolvía la mirada en un gesto burlesco.
Parecía un regalo del destino. Llevaba meses fantaseando con tener una aventura con alguien de color (negro, preferiblemente). Eran los últimos días de su viaje, y en aquella discoteca que tanto le había gustado y a la que acudió cada noche desde su descubrimiento, vió cumplido su deseo. Mientras bailaba encantado con la música que pinchaban, notó que aquel mulato grandote en el que se fijó nada más entrar no le quitaba ojo. No era especialmente atractivo, pero tenía un aire inocente muy curioso. Pensó en el Mago de Oz. Un corpachón que era manejado por una personita con ganas de comerse el mundo. Cuando entró en el taxi con él, en su cabeza Oz se convirtió en Alien. En el espacio, nadie puede oir tus gritos. Allí, a miles de kilómetros de su casa, con un desconocido que le llevaba a su hotel...optó por no pensar.
Mientras hacían una algo torpe coreografía en blanco y negro sobre la inmensa cama, le contó que era la primera vez que viajaba sin su padre, un (rico, seguramente, a juzgar por el alojamiento) empresario con negocios en varios paises que le tenía ferreamente controlado. Pero una repentina enfermedad impidió que hicieran este viaje juntos, y Oz, libre por primera vez, se lanzó en busca de un hombre (pensó en Bonnie Tyler y le costó reprimir una carcajada). Así que los dos estaban cumpliendo una fantasía, el destino es caprichoso, y aunque seguía sin verse como un maestro, recordó que en el reino de los ciegos, el tuerto es el rey, y salió bastante airoso del lance.
Caminaba sin estar muy seguro de haber cogido el rumbo exacto. Le costó romper el abrazo con el que Oz quería retenerlo. De haberse manejado mejor en el idioma, tal vez habría entendido los detalles que le contaba sobre los negocios de su padre, y el origen de esas extrañas marcas que tenía en el hombro. La frase "porque fuí un chico malo" no le habría sonado tan estremecedora y quizá se hubiera quedado dormido acurrucado entre sus grandes brazos, y disfrutado de uno de esos famosos desayunos de gran hotel. Pero el placer de caminar en el frescor del alba de aquella mágica ciudad no se lo iba a perder por mucho que el papel de chica del gangster resultara tentador.
Nunca lo sabrá.
24 comentarios:
Se te lee viendo una película. Escribes de película. Haces referencias a películas. ¿con que revelas las películas? (pregunta absurda donde las haya). Para que necesitamos a un héroe si te tenemos a ti. Jajajaja.
El suelo del baño calefactado me impactó y las camas eran grandes, muy grandes.
U de Uvación.
Kisses
Hallábame esta tarde haciendo la compra en un supermercado de ésta mi nueva ciudad cuando, en la cola del cajero, empieza a sonar una música conocida. Era "It's a love thing" de The Whispers, cuyo vídeo colgué en mi entrada sobre The Last Days of Disco.
No me preguntes por qué pero esa música, en ese momento, y la historia de tu entrada, tan tierna e inconsecuente, me parecen las dos caras de una misma moneda.
Estoy nostálgico. A estas alturas...
Es verdad que cuando escribes describes que dá gusto....Me gusta cuando te extiendes en las entradas...Es otra forma de musica...armoniosa...Besos
Que maravilla, mira que dejar escapar al de Oz.
A mi me dejaría en paranoia permanente por un tiempo.
BEsos
Me parece que voy a tener que releermelo... a ver si me gusta tanto la segunda vez.
Carpe Diem
Que tenga cuidado la chica del ganster. Ayer vi en CSI que uno de la mafia rusa le pegaba un mordisco a otro en el cuello y le arrancaba parte de la piel y con ella el tatuaje de una cabeza de ciervo que tenía. Gracias a eso los CSI guapos descubrieron toda una red de narcotraficantes.
Me gusta tu estilo Teo, resulta muy entretenido y me ha encantado eso de la coreografía en blanco y negro, muy sutil, si señor.
Al final le ha faltado algo, no se qué, pero acostumbrado a tus grandes finales.....
Besos alérgicos....
Me pasa como a otros lectores...No me llega el final, no sé...
ABZ
Y lo que me gusta a mi un paisaje urbano nocturno, especialmente con muchas luces y rascacielos.
Resulta curioso compartir escenas de cama a través de la palabra escrita, pero casi parece que uno la vive también. Entonces, ¿es que estamos participando en una graforgía? jejeje.
Besos
-Chevy "Se te lee viendo una película". Seguro que exageras, pero es de lo más emocionante que me han dicho nunca con respecto al blog. Gracias con su lagrimita incluida.
Besos.
-Breckinridge inconsecuente, tú lo has dicho, es un momento atrapado que probablemente nunca sospecho convertirse en relato.
La nostalgia siempre está rondando, seguro que pasará, tranquilo.
-Winnie Música la que ponéis vosotros con vuestros comentarios :-) Gracias y besos, maja.
-Luz De Gas Buf, un futuro de chica de gangster (en el Caribe, para más señas) con un suegro tan temible...no sé. Besos.
-Cosechadel66 no, no la releas, vaya que te decepcione a la segunda, jeje.
-Stultifer Si es que lo que no descubran los del CSI...
-Totó Si es que os tengo malacostumbraos, jeje. Gracias. Un beso.
-ABZ es un final sin final, realmente, aprovechar el amanecer en la ciudad antes que ceder a la tentación gangsteril, jeje. Bss.
-ADRIANO Cagüenlamar.... GRAFORGÍA, qué palabro!!! Es lo más, todo un hallazgo.
Besos.
jjaja, Cari, pero yo tampoco lo entiendo, la verdad. Pq amanecer en la ciudad amanece mucho, al menos una vez al día... pero ¿cuántas veces te encuentras con un mulato inocentón y casi virgen, que le gusta el spank y que te dice que te quedes mientras se acurruca en la cama? Nuestro hombre será un esteta, cari, pero es un poco gilipollas, con perdón, jajajaa. Vamos yo llamaba a lo bomberos y les decía que por favor, que por un día retrasaran la amanecida, que tampoco iba a pasar nada por un día, jajaja.
Tu, cari, sabes si se quedó con el teléfono del mulato? jajajja
Eso si, el relato genial. Si tiene algo de película entre sordida y romántica, hasta banda sonora tiene de la Tayler, jajaja. Pero esas marcas en el hombro, cari, se me escapa la simbología oculta, era eso, que su padre le pegaba por malo? pq es un bad boy y le gusta el spant? son la marca del hijo de la bestia? es un drácula en B&W? jajaja
En fin, como siempre un placer "mal entendido" pero mal entendido pq soy cortito, cari, que a m me gustaría ser mas listo para poder disfrutarte mas, y que no me pase lo del prota, jajaja
bezos
-Thiago jaja, de cortito nada, si no se dan todos los detalles es normal que cada uno se imagine o no lo que sea. Te diré que se quedó con el teléfono, pero el segundo encuentro nunca llegó a producirse por un error de "timing", te diré que le pareció entender que las marcas eran de algún producto peligroso mal manejado, pero lo explicó con tanta ambigüedad que daba la impresión de camuflar algún castigo paterno. En fín, te diría muchas más cosas, pero si no están en el relato, todo lo que te inventes tú como lector, será bueno ;-)
Gracias y beZos.
Tus historias me conmueven, Theodore. Y, además, esta tiene su morbp porque siempre he fantaseado con que alguien me llevase a su hotel y nunca me ha sucedido. Sólo un pero, me recuerda a poloverde en el sentido de que son historias de amor terminadas bruscamente apenas empezadas. Más que un "love thing" como la canción de The Whispers, parece un "thedorore thing". Y hombres como Oz no hay que dejarlos escapar
Un beso de cinco estrellas
-Manuel Gracias. Y muy interesante la observación, tienes toda la razón del mundo, tal vez es que lo más interesante de contar en muchas historias es el principio, cómo se entra en contacto, cómo se cuece el "lance", tanto si luego continuan como si no. Pero me da que pensar, agradecido quedo y se tendrá muy en Cuenca, donde no creo que haya un Sheraton pero seguro que tienen un Parador muy cuco.
Un beso de suite presidencial.
Luego dices que busque una banda sonora... ¿y tú? Me sorprende el sentido musical que le das a tus textos. Simplemente no la necesitas porque ya la tienes. Esta historia me parece contada como si fuera una película. Tiene cadencia cinematográfica, muy visual. Hay escenas y guiños que hacen que todo sea demasiado perfecto.
Estoy de acuerdo en que hay que crear el ambiente, la historia y luego el final... que bueno, puede no ser el que esperas o deseas, pero ¿dónde queda el relato, que es lo que verdaderamente importa? De todas maneras ese final tan abierto, tan misterioso, tan ambiguo... da mucho juego... y lo sabes.
Perdona por mi ausencia estos días. Mi hermana tuvo una niña hace unos días y para colmo se me acabaron las vacaciones. Todo junto. Volveremos a la normalidad... digo yo...
Un beso,
Ed.
Nos hemos cruzado comentando, jajaja. Vaya casualidad! Otro beso.
-Ed De disculpas nada, hombre, que aquí no se pasa lista. Que sepas que lo lamento por tus vacaciones....y me alegro mucho por tu sobrina!!! Felicidades!!! Ya sabes, a contarle historias...pero que no sean de miedo, jeje.
Gracias por todo. Qué bueno el cruce de comentarios :-)
Un beso.
Sí que había leído tu respuesta y la iba a contestar ahora, pero como tengo tanto atraso en la vida... jajaja.
Muchísimas gracias por lo de la niña y el tema de las vacaciones... bueno... ¿qué remedio? En muy pocos días volveré a disfrutar de un mes, pero de traslado. Me voy de nuestra Andalucía... lo he pedido así y así se me ha concedido... pero volveré, por lo menos de vacaciones o de cuando en cuando a ver a la familia y amigos, pero no podrá ser muy a menudo, claro.
También gracias por lo que dices de las fotos. A veces me cuesta encontrar algo a lo que le vea sentido y me lleva más buscar la foto que escribir el capítulo, jejeje. En fin... así es la vida (y así se la estamos contando).
Otro beso más (y eso es lo que quiero besos, todas las mañanas me despierten de esos...) ;)
Ed.
Un maestro? Pues me imagino que para OZ sería un especial momento al haber encontrado al maestro que estaba buscando, algo que muchos ansían y que buscan, y que por desgracia muy pocos encuentran. Nunca se sabe donde estará esa persona y como hacerle ver que quieres que sea esa primera persona que te explore.
¿Le dio acaso miedo quedarse con su mulato? Quizás porque pensó que podría quedarse prendado de él.
Un beso cielo
Bueno, pues...la verdad es que queda poco por decir, pero llevo leyendo tu blog unas dos semanas y me asombra la capacidad para simultánear contenidos que tienes.
Particularmente, cuando narras disfruto muchísimo leyéndote, en serio... y veo que no soy el único.
Es cómico cómo he ido preguntándome al principio del texto si fue real la experiencia, para acabar dándome igual y tener ganas de escribir lo que fuera aquí.
Gran cruzada la de Oz!
Espero volver pronto
Y flotar hasta tu casa, porque flotabas, en el frescor del alba. ¿Qué mejor final?
-alex tal vez le dió miedo, si. Y vivir a unos miles de kilómetros. Y su padre :-) Un beso, tesorillo.
-Arezbra bienvenido, vuelve cuando quieras, me alegro de que pases un rato agradable por aquí. Gracias!!
-Uno Si, flotaba, sin duda.
Para mi lo mejor, el comienzo. Un lugar común, de esos que no hace falta describir mucho porque pertenece a nuestro bagaje cultural. El tema bien elegido, fantasía de muchos de nosotros, vamos eso seguro.
Interesante la historia de Oz, nos sueltas de la mano para que nos la imaginemos pero que sepas que, para mi gusto un poquito más de explicación sutil no hubiera estado de mal, algo tipo conversación post coito (el cigarrito aunque tópico de los tópicos siempre da mucho juego), entre sábanas.
En general, te deja un excelente sabor de boca. Me sobra la última frase, el Nunca lo sabrá, los que nunca lo sabremos somos nosotros muy a nuestro pesar.
Un abrazo.
Publicar un comentario