viernes, mayo 25, 2007

Diferentes Tonos De Verde


Cuando no tomo el sol. Cuando me sienta mal la comida. Cuando me equivoco en el trabajo. Cuando fumo demasiado. Cuando hay ruido. Cuando quiero estrangular a quien hace ruido. Cuando duermo demasiado poco. Cuando meto la pata. Cuando meto la otra. Cuando no la meto porque no me atrevo. Cuando intento escribir algo y no me sale. Cuando soy una rana esperando el beso de mi príncipe. Cuando se desata la pasión. Cuando no se desata. Cuando se ata. Cuando quiero lo que no tengo. Cuando tengo lo que no quiero. Cuando no soy capaz de respirar y pensar antes de hablar. Cuando no soy capaz de respirar y esperar a que hablen. Cuando no capto las indirectas. Cuando pretendo ver indirectas donde no las hay. Cuando no me hacen caso. Cuando me hacen demasiado. Cuando mi ego es más grande que la sombra que proyecto. Cuando se esconde tras esa sombra.

...cuando pienso que quien lea esto se puede hacer una idea equivocada (es sólo un "ejercicio de estilo"). Cuando creo que no tengo estilo.

Cuando creo que es posible.

Cuando escucho "Shades Of Green (Utah Saints Mix)", de The Mission (Mercury, 1992)

martes, mayo 22, 2007

Living A Boy's Adventure Tale (I)


Se estaba calentito y a salvo allí dentro. Por alguna razón lo que había fuera parecía amenazador, y él decidió que no iba a salir. En un primer momento las cosas siguieron su curso, el tiempo se había acabado y la fuerza exterior empezó a tirar de él. La nave nodriza se dirigió, no sin bastante traqueteo, a la base donde iban a ayudarle a extraer al huésped, pero una vez allí, el traqueteo se calmó. La nodriza sintió algo de vergüenza, ella ya había pasado dos veces antes por eso, y aparentemente sabía cuándo era una falsa alarma. Todos los técnicos y operarios le dijeron con tacto y dulzura que no había de qué preocuparse, que aún estaban dentro del plazo, y podía permitirse un tiempecito de espera, controlado y supervisado. Pero el huésped no lo iba a poner tan fácil. Se estaba calentito y a salvo allí dentro.

Por fín, al tercer día desde el primer aviso, no hubo más remedio que salir. Y en un último intento desesperado por permanecer en ese lugar lleno de paz, calor y seguridad, agarró lo que tenía más a mano, el cable de alimentación, se lo enroscó como pudo al cuello (sus movimientos aún eran torpes e inexpertos) y pensó "tal vez no tenga la longitud suficiente y consiga retenerme aquí"... pero se equivocó. Los operarios, concentrados en ese momento crucial, miraron con preocupación al huesped, de un color violáceo intenso, que no emitía señal alguna, y cuando vieron el cable apretando su cuello corrieron a cortarlo y dejarlo libre. Pero el huésped seguía morado e inmóvil. Hasta que finalmente, tras unos cuantas sacudidas, emitió una señal fuerte, intensa, poderosa. Todos suspiraron aliviados, celebraron que hubiera salido todo bien, nadie se percató de que esa señal era un aullido de dolor, un lamento desgarrado por haber sido expulsado de la nodriza que lo había mantenido cobijado y nutrido. Si, se estaba calentito y a salvo allí dentro.
Continuará...
(Silencio. No hay banda...and yet we hear a band)

lunes, mayo 07, 2007

Acabar de Acabar


Y digo yo, ¿cuándo tiene un creador la sensación de que su trabajo está terminado? Es algo que siempre me ha intrigado tremendamente. Es verdad que a veces hay presión por parte "del que paga", censura, escasez de medios, y muchas circunstancias que hacen que el autor no pueda decidir libremente dónde poner punto final a su asunto, pero imaginando que se goce de completa autonomía y libertad de decisión, cuándo llega el final? Hay novelas o películas que tienen un final claro, se está contando una historia concreta y el desenlace es lo que le marca el fin. Aunque en realidad todos los finales son abiertos, porque es materialmente imposible contarlo todo. Los protagonistas se enamoran, se besan, y se acaba felizmente. Pero claro, luego viene la vida en común, las alegrías o decepciones, lo mismo uno de ellos podría morir al dia siguiente, o tener una crisis de fe, o abandonarlo todo por el macramé, quién sabe. Pero como la historia que nos estaban contando, que centraba su intriga en saber si se enamoraban o no (o encontraba el arca,o mataba al vampiro, o se hundía el barco, etc.), ya ha llegado al punto preciso, pues se puede dar por contada, y lo demás interesa menos. Muy bien. Pero, qué pasa con historias no tan concretas, que no tienen un asunto tan concluible. ¿Qué lleva al director, guionista o escritor a decidir cortar en un punto? A no contar más de los principales, a no profundizar en los otros personajes. Yo como espectador o lector me puedo quedar con ganas de saber más, pero acepto que me cuenten hasta dónde el contador quiera. Lo que me intriga es el momento en que decide "ea, ya he contado lo que quería".

Y si en el caso del cine, la literatura o incluso la música me parece lógico que el creador "vea" un final, hay disciplinas en las que me siento intrigado hasta no poder más. La poesía moderna, por ejemplo. Una vez superadas las normas métricas y tal, ¿cuándo siente el autor que un verso es el último, que ya ha expresado lo que quería? Hay poemas de los mismos autores que no llegan a los 10 versos y otros que ocupan varias páginas. ¿Qué pasa por su cabeza a medida que escribe para comprender la cantidad de palabras que necesita su idea? ¿Y en la pintura? Los clásicos lo tenían aparentemente más fácil. Pintar con un modelo (una persona o grupo, un bodegón, un paisaje) significa que una vez retratado eso, ya no había más que poner. Aunque habría que preguntarles a ellos, lo mismo les daba igual quebradero de cabeza decidir si el final estaba en esa luz más o menos intensa o en la mirada del retratado, qué sé yo. Pero los modernos...¿dónde sienten el final de una obra? Pollock, por ejemplo, que entraba en trance derramando chorros y goterones (que conste que lo venero)...cuándo decidía que había expresado lo que quería en un cuadro concreto, qué chorro era el último?

Y digo yo, ¿cómo sabe el bloguero que su entrada está completa?
Algo prestado: "Sorry, You're Not A Winner", de Enter Shikari (PIAS, 2006/7)