martes, julio 18, 2006

Speechless

Llevo unos cuantos dias bloqueado. Se me ocurren muchas cosas, pero me pongo a escribir y no me sale nada que merezca la pena. Tal vez es el calor, tal vez no. Eso es normal, verdad?

Sonando: "Witch", de Leslie Winer (Global pacific, 1993)

domingo, julio 09, 2006

El gran elefante


Ayer, de rebote, pillé en el imprescindible canal Cinematk, esa obra maestra, esa pieza de arte puro que es "Elephant" , del muy irregular Gus Van Sant, capaz de lo mejor (Drugstore Cowboy, Todo por un Sueño, Mi Idaho Privado) y de lo peor (Finding Forrester, el terrible remake de Psicosis). Cuando la ví en cine, no iba muy convencido. Acababa de ganar la Palma de Oro en Cannes, rodeada de polémica, y las críticas eran totalmente extremas en lo bueno y en lo malo. Nada más que por eso había que verla. Recuerdo que los 30 primeros minutos pensé que me estaban tomando el pelo. No pasaba nada. Una serie de niñatos y niñatas monísimos caminando arriba y abajo por un instituto tirando a pijo tipico de USA. Cuando, de repente, sin darme cuenta, yo estaba dentro de ese instituto. En una mañana normal, con mis compañeros, mis cheerleaders, mis profes,... estaba dentro de esa no-historia. Mientras dos compañeros, inadaptados, objetos de burlas por parte de la mayoria, se disponían a vengarse del mundo.

Van Sant se inspiró en el trágico suceso del Instituto de Columbine, en el que dos alumnos entraron una buena mañana cargados de armas y dispararon a todo el que se les puso por delante. 12 muertos y muchos heridos. Ellos se suicidaron.Pero al contrario que Michael Moore en su (excelente, por otra parte) "Bowling for Columbine", VS no denuncia, no explica, no hace un estudio ni un panfleto sobre la violencia en la juventud de hoy. Se limita a contar los ultimos minutos de un grupo de estudiantes, incluidos los asesinos, en un (aparentemente) dia cualquiera, un dia más en el instituto.

Y el resultado es ARTE, con mayúsculas. Una cámara que sigue con elegancia en cuidadísimos planos-secuencia los pasos de los chicos, excelentes no-actores, con diálogos escasos y aparentemente insustanciales, pero que en pocas líneas nos permiten conocer a nuestros compañeros. Con dureza y crueldad (esas amigas bulímicas que no aliñan su ensalada para no engordar, y nada más comer se marchan a vomitar a los servicios), con ternura (la solitaria marimacho que no quiere usar pantalón corto para hacer deporte y no se desnuda en los vestuarios), con espontaneidad (el aficionado a la fotografía que captura todo lo que pasa por su objetivo)...En alguna ocasión vemos una misma escena desde varios ángulos diferentes, según a quién esté siguendo la cámara en ese momento.

Me dijo una amiga que eso era "video-creación" en el peor sentido de la palabra. Yo recuerdo que salí conmocionado por lo que había visto (no sólo porque la película acaba en el momento de la masacre), por esa manera de narrar tan minuciosa, aparentemente tan vacía, y sin embargo tan llena de fuerza, de poesía, de luz. Es una película que no hay que dejar de ver, para cualquiera que le guste el cine en estado puro. Aunque luego salgan horrorizados, pero es un cine necesario y auténtico. Yo no estaba seguro de si resistiría un segundo visionado, por lo especial de su propuesta, pero indudablemente lo resiste. Y gana.

Sonando: "The Covenant, the Sword and the Arm of the Lord", de Cabaret Voltaire (Virgin, 1986)

jueves, julio 06, 2006

Y el final se aproxima....

Hace unos cuantos años, cuando yo era pequeñito, incluso cuando ya era algo más mayorcito, el siglo XXI parecía aún muy lejano. El futuro iba a estar lleno de robots, teletransportes, comidas liofilizadas de colores extraños con sabores a platos de toda la vida (siempre pensé que los purés esos que comían los de "2001, una odisea del espacio" sabían a potaje de acelgas, estofado y arroz con leche, un menú casero y completito), ...en fin, un futuro en toda regla según los cánones de la literatura y el cine de ciencia-ficción. Todo eso si el mundo no se destruía antes, claro, que había que contar con las profecías apocalípticas y lo malo-malísimo que es el hombre.

Pero el año 2000 llegó, y el 2001, y el 2 y el 3....y ya estamos en el 2006, y sigue habiendo sol, y árboles, y comida, y hay que tirarse un montón de horas en un avión para ir a Australia (desde aquí, claro está). Pero el mundo está revuelto. Lo hemos revuelto. Tenemos un amplio abanico (iba a decir catálogo, pero es que con este calor, pega más lo de abanico) de catástrofes presuntamente naturales que nos castigan por aquí y por allá, cada vez con más virulencia, a pesar de nuestro desarrollo en teoría es cada vez mayor. Guerras permanentes en muchos puntos del planeta en las que todos los gobiernos desarrollados colaboran activa o pasivamente. Ahora Corea del Norte se pone a jugar con sus misiles (¿nadie les dijo que los niños que juegan con fuego se hacen pipí en la cama?).


Y tenemos medusas. Oh si, medusas. Bellos e inquietantes animales. De nuevo se espera este verano una plaga de ellas por toda la costa mediterranea. Claro, egoistamente son una lata, no te dejan bañarte porque pican de lo lindo, tú ahí torrándote vivo al sol y sin poder refrescarte. La hostelería de costa, horrorizada con lo que se les avecina, las autoridades inventando mil y una maneras de neutralizarlas (aunque las redes no impiden que las más pequeñas lleguen hasta la orilla), en fin, un horror. Pero es que es un verdadero horror. Otro indicativo más de que nos estamos cargando el ecosistema.

Por otra parte, tenemos un acceso ilimitado a música, información, arte, conocimiento...Puedo escribir unas líneas en mi blog o en un chat, en un piso de una calle perdida de una ciudad cualquiera y unos segundos más tarde me pueden estar leyendo en Helsinki, Wisconsin o Torrelodones. Tenemos canales de televisión y radio hasta decir basta. Se puede clonar, curar, envenenar y destruir a distancia...."Son los tiempos modernos que nos toca vivir. Se aplazó la Edad de Oro, es mejor no reir", que decía aquella canción de La Mode.

Puede que el siglo XXI no sea como lo imaginaron Verne, Wells, Clarke o Asimov (o no del todo)....pero desde luego, da un poco de miedo si se para uno a pensar cómo está el patio. Como le dijo una mariki borracha a un amigo al final de una noche de despendole...."¿Tú crees que sobreviviremos a la hecatombe?"

Y suena "As the End Draws Near", de Manufacture featuring Sarah McLachlan (Nettwerk, 1988)

The heat is on


Pues sí, el calor se ha instalado a sus anchas entre nosotros. Nada nuevo, ya son muchos veranos con su compañía, pero cada vez parece la primera...y también la última que vamos a ser capaces de soportar. Pero qué va, el cuerpo aguanta lo que le echen (espero), así que otro año más rondaremos los 40 un día sí y otro también, y más de una noche, como la de hoy. Y las vacaciones siguen lejos, y serán breves. Pero al menos, serán, ya que el panorama no es muy alentador habrá que verlo por el lado positivo.

Por aquí suena "I travel" , de Simple Minds (Virgin, 1983)

lunes, julio 03, 2006

Quemado por el Sol

Ay, todos los veranos igual. Precauciones por aquí, precauciones por allá, y al final en un descuido siempre acabo quemándome. Que si coges el coche en busca de una playa un poco retirada intentando encontrar algo de tranquilidad entre tanto dominguero escandaloso (y los niños, esos eternos chillones), que si encuentras un sitio con gente pero que parece mínimamente civilizado, que qué gustito y qué bien se está, que vaya pereza coger los bártulos y volver (sabiendo que los domingos ya hay atasco sea donde sea hasta bien entrado Septiembre), ...total, que al final echas cuatro horas tirado al sol, y ni crema protectora ni sombrilla ni leche. Que levante la mano quien no se haya visto en un trance similar. Así que mucho aftersun (spray de cactus, huele muy bien y no es nada pringoso, un descubrimiento) y rezarle a todo el santoral para que mañana no duela mucho, que hay que currar intensamente hasta el Sábado).
Pero la verdad es que el primer color sienta muy bien, ese tono sonrosado pero sin estridencias antes de pasar al moreno más intenso...favorece mucho. Yo que en invierno tengo muy mala cara, qué bien me veo.
Here comes the sun. Bienvenido sea. Pero en dosis pequeñas, que es lo suyo.

Escuchando: "Morning Light" , de Locust (Apollo, 1998)