miércoles, junio 30, 2010

Cuatro Y Tres (Primera Parte: El Estado De Las Cosas)

Pasad. Pasad y ponéos cómodos. He dejado gominolas por si os apetece algo dulce, pero cuidado con los empachos. Ahora que estáis aquí, quería daros las gracias. Gracias por visitarme, por dejar vuestras palabras siempre bien recibidas, vuestras risas, tristezas, acuerdos, desacuerdos, propuestas, respuestas y contrapuestas. Y por permitirme entrar en vuestras casas a dejar mis opiniones, mis risas, tristezas, etc. Por ayudar a que este humilde narrador, que nunca tuvo muy claro qué decir, encontrara un camino, tal vez errático y bamboleante, pero camino propio (y quiero pensar que bastante personal) en una blogosfera tan llena de buenas páginas llenas de buenas firmas llenas de buenas palabras ( vale, y algunas no tan buenas). Todos los que estáis, todos los que alguna vez estuvieron y se esfumaron, desaparecidos o renunciados, todos sois imprescindibles y a todos, de nuevo os agradezco que empleéis un ratito para leer lo que se cuenta por aquí. Las inventuras de este desastronauta que se sigue sorprendiendo cuando ve aparecer nuevas caras con nuevas voces que se pasean con curiosidad, tal vez agrado por entre su bosque, se tumban en el lecho de mullidas palabras, se sientan un rato a la sombra de un micro o se asoman al templete a escuchar música (a algunos, osados discodancers ellos, se les ha visto incluso bailar!!). 

Así, casi sin darme cuenta, he llegado al post número 300, y en esas estamos, celebrándolo. Así que de nuevo os agradezco todo y más, y me despido con un texto antiguo, publicado el Octubre pasado, que hasta la fecha creo que es lo que más me gusta de todo lo que se ha escrito por esta casa. Un sonoro beso a todos los presentes y ausentes. Aunque en el próximo post continuaremos celebrando. Hasta entonces.

  Lake (17 de Octubre de 2009)   
  
Hace mucho que no jugamos a las nubes. ¿Recuerdas? Nos tumbábamos dejando pasar el tiempo y la brisa por nuestras pieles, y mirábamos las nubes. Aquella era Africa, aquella un pájaro, una se parecía al perro que tuviste de pequeño y otra al moño de mi tía la Fúnebre. Tu risa era insoportablemente contagiosa cuando me fingía contrariado por no tener tanta imaginación, y me pellizcabas encontrando cosquillas que ni sabía que existían, hasta que te suplicaba piedad. Y con divertida solemnidad me perdonabas, porque no podías permitir que mis ojos brillaran menos que el cielo.

Te contaba historias que iba acumulando los días en que no nos veíamos, como piedras preciosas guardadas en un bolsillo secreto. Tú las escuchabas atento y con mirada de asombro, y siempre pedías más. Y luego, el baño. Me quedaba rezagado desvistiéndome para poder contemplar cómo caminabas hasta sumergirte, con paso firme y un ligero contoneo varonil, producto de la chulería del que se sabe observado, aunque el agua estuviera helada y por dentro se te llevaran los demonios. Luego mi turno, despacio, con la indolencia lasciva del que igualmente se sabe observado. Y dejábamos que el agua fuera cómplice de nuestros juegos más adultos. De tus juegos más adúlteros.

Hoy he vuelto al lago, como sigo haciendo cada sábado aunque ya no estés. Probablemente nunca sabré si descubrieron tu engaño, o si encontraste algo que te interesó más. No te preocupes por mí, llevo mi vida tan bien o tan mal como antes de que aparecieras en ella, pero debo admitir que cuando me tumbo a dejar pasar el tiempo y la brisa por mi piel, me gustaría que me dijeras a qué se parece esa nube que estoy viendo.

martes, junio 29, 2010

Idio(ma)tizado

Hace un par de meses dediqué un post a "Un Pez Llamado Wanda", joya absoluta de la comedia que muchos conocíais. En realidad esa entrada iba a tener una continuación que nunca llegó, porque justo después tuve una espantosa crisis bloguera que casi me hace mandarlo todo a tomar byte. Pero ahora es el momento, y aquí está la segunda parte. O lo que sea.

En la película, Wanda (interpretada magistralmente por Jaimita Lee Curtis), mujer fría y ambiciosa, tiene una debilidad: le pierden los idiomas. Mejor dicho: se pone berraca cuando le hablan en otro idioma. Lo que da pie, entre otras cosas, a situaciones divertidísimas con Kevin Kline y su italiano inventado y John Cleese con un striptease-interruptus en ruso. Yo debo confesar que recentemente he descubierto que soy un poco Wanda, aunque infinitamente menos sexy, todo hay que decirlo. Los idiomas me ponen. Así, como te digo. Pero como uno es rarito especial por naturaleza, no es el francés o el italiano, ni siquiera el portugués, que suelen ser las lenguas (ejem) que más tienden a desatar furores. 

Los idiomas me gustan, todos ellos. No hay ninguno que me parezca feo ni áspero ni malsonante. El hecho de que sean un instrumento de comunicación, que transmitan pensamientos, vivencias, amor, odio y teorías científicas me parece tan fascinante que hasta el esperanto (que no se puede decir que sea bonito) merece toda mi admiración. Una de mis muchas espinas clavadas es no haberme puesto en serio a estudiar ninguno, pero ahí entraban cosas más trascendentales como la falta de confianza y todo eso. Pero como quiera que tengo buen oido, entre los estudios básicos (colegio e instituto), la música y el cine he conseguido un nivel más que aceptable de inglés. Incluso sorprendentemente bueno de francés, y de ese sí que nunca he estudiado rien de rien. Tengo un par de amigos muy francófonos que me instan continuamente a que me ponga en serio, pero ahi es cuando entra en acción el Dr. No, dueño y señor de los complejos y blah blah blah...

Pero si hay dos idiomas que me fascinan especialmente son el alemán, del que he llegado a hacer un par de cursitos y espero que mi enemigo interior no me impida seguir adelante...y desde hace un año me he descubierto babeando como los caracoles absolutamente fascinado con el catalán. De eso tiene la culpa un galante caballero que descubrió mi punto débil antes que yo mismo y con paciencia y sutileza, a base de frases o letras de canciones hábilmente colocadas en algún comentario o mail, sin pausa pero sin prisa, me la ha ido engordando de lo lindo (la debilidad). Este caballero seguro que se está sonriendo mientras lee esto, y más de uno de vosotros también, porque sabéis a quién me refiro. Y los que no...da lo mismo. Imaginad a vuestro humilde narrador derritiéndose hasta el punto de pensar que tendrían que sacarlo con una cucharilla del restaurante barcelonés donde compartieron suculenta cena hace unos días, a base de oirle recitar la carta, hacer el pedido (la comanda me suena a nombre de Drag Queen) y colar frases aquí y allá en la conversación a petición expresa mía, y tal vez imaginar eso os arranque una sonrisilla. Bueno, en realidad es más lamentable divertido pensar que acabé la noche borracha como Paulina Rubio, arrastrándome Paseo de Gracia arriba y con las pestañas postizas pegadas en la frente, pero eso no es una novedad, que ya he contado otras veces que tengo mal beber. Qué va a ser de mí, pobre infeliz idiomadegustante. Un Theo llamado Wanda.



"...T'estimo com la nit va portan el cel enllà..."

viernes, junio 25, 2010

Night Fever

Imagínate, es que no podía más. Su pose de tipo frío, sereno, tan en su sitio, seduciendo sin invitación. Cómo aguantarlo. O tal vez es que estoy tan desesperado que...no, no, me estaba seduciendo, amparado en esa templanza, esa indolencia que lo único que hacía era que mi ardor creciera cada vez más. Charlaba y charlaba, sin dar importancia a la proximidad, al calor. Y esa manera de seguir el ritmo de la música, escuetos movimientos de baile que se me antojaban ceremoniosa coreografía para fulminarme de deseo, aliñado con una fragancia que me atraía como un imán hacia ese cuello largo y despejado que pedía a gritos ser mordido, mientras su dueño mantenía el desesperante papel de la indiferencia. La seductora indiferencia. 

Imagínate, no tuve más remedio que lanzarme a ese cuello. AfortunadaMente, siempre me ha gustado la horchata.

miércoles, junio 23, 2010

Sensitive


Nada es casual. Yo no quería hacer esta foto. Me explico: estaba intentando fotografiar el patio, y no me fijé que estaba enfocando la verja. Y menos aún, que había un roto y estaba justo ahí. Y que el patio no se veía. Demasiadas no-casualidades. Es posible que, una vez más, el subconsciente haya ido un paso por delante y haya encontrado la manera perfecta de hacer el retrato. Mi retrato. Qué extraña es la palabra retratar. Tratar de nuevo, hacer un nuevo acuerdo. ¿Acuerdo es lo mismo que recuerdo? ¿No cuerdo es lo mismo que doblemente cuerdo? Tal vez, como siempre, son esas dos caras de la moneda, el ying y el yang, el  0 y el 1 en interminable código binario que a base de negaciones y afirmaciones, de re-cuerdos y  de re-acuerdos  van dando forma a la verja que protege nuestro patio, hasta que un agujero demuestra que nada está nunca suficientemente protegido. Y ya no conseguimos quitar los ojos de ella, quedando el patio difuminado como un confuso re-cuerdo. Como un fallido re-trato.

Tenía que estar escribiendo sobre un estupendo fin de semana en Gerona y Barcelona, sobre unos cuantos conciertos, unas cuantas películas, y dos ilustres acompañantes. Pero eso será en otro momento. Ahora pienso en esa verja. Y pienso en la distancia. 

Mick Karn, uno de los mejores bajistas de la historia del pop, ex-componente de Japan, está bastante malito. Bastante mucho. Cuando el grupo se separó, allá por 1982, empezó su carrera (interesante, arriesgada, personalísima) con el álbum "Titles", en el que se incluía una versión nada menos que de "La distancia", de Roberto Carlos, a la que llamó "Sensitive". Sirva esta canción como apoyo a este gran músico. Y como homenaje a la distancia. Esa distancia que ha provocado que mi verja se re-trate, se re-acuerde. Se rompa.


"...all the people see me as a fool,
all the people say that it's because of you..."

lunes, junio 14, 2010

Q de Quiromancia

Las manos doblaban con habilidad las camisas, los pantalones, rebuscaban  meticulosamente en la cajonera. Apresuradamente iban guardándolo todo en la vieja (viajada, vivida) maleta que había sacado del altillo y abierto como una gran boca a la que alimentar con sus vestimentas y útiles de aseo de un futuro cercano. De un futuro incierto. Ellas completarían las gestiones para continuar su odisea en busca de algún paraiso. Alguno. Cualquiera. 

Con esas manos había acariciado, amenazado, advertido, pegado. Con esas manos había escrito. Con ellas había amado algunas veces y otras, muchas otras más, se había amado. Le habían dado suerte y puesto en peligro, habían hecho bailar mezclando músicas en diversos locales y antros de noches antiguas y habían aliviado dolores con técnicas de masaje más intuitivas que aprendidas. Tienen vida propia, solía bromear con una sonrisa que camuflaba un profundo convencimiento de que bastante de cierto había en esa frase.

Esas manos abrieron la puerta y mientras avanzaba por el mugriento y mal iluminado pasillo del hotelucho con su maleta triple V, disfrutaba culpablemente del calor que desprendían aun después de habérselas lavado a conciencia. Soltó el equipaje y se las miró. Las mismas manos de siempre. Grandes, suaves, vigorosas, capaces de acabar con una vida en segundos sin reaccionar a tiempo para detenerlas. El calor que le dejó aquella última garganta seguía resistiéndose a desaparecer, tan diferente a los anteriores, fugaces, volátiles. Tal vez se incrustaría en sus líneas como un estigma, una advertencia para que no volviera a olvidar lo que eran capaces de hacer esas manos. Esas manos con vida propia.


"...I still can't tell iIf you'd better try this..."

jueves, junio 10, 2010

Una Tarde Como Esta

En el parque todo está tranquilo. Parece que el tiempo se ha ralentizado, incluso detenido, para permitir que esos tres niños completen sin prisas su aventura, ajenos a todo el mal del Universo y a todos los deberes que les quedan por hacer cuando vuelvan a casa. Para que la abuela de vestido verde siga contando las miserias de su hijo abogado tan trabajador y esforzado, malcasado con una peluquera (..."chica, esteticién dice ella, que se las da de fina y no es más que una paleta que no paró hasta hacerse un bombo para enganchar a mi Ricardín"...) sin perder de vista al nieto, lo único bueno que ha salido de esa lagarta que ni siquiera sabe dar las mechas Como Dios Manda. Historias que sus compañeras de cuidado infantil han oido tantas veces (..."pero cualquiera calla a la Puri, hija, parece que la dan cuerda" "ya te digo, y de que su Ricardín es un plutócrata no dice ni pío, oyes" "ludópata, se dice ludópata. Se gasta todo el sueldo en el bingo y las tiene a las dos asfixiadas. Y no es por nada pero el nieto les ha salido un poco rarito, todo el día dando la vara con la Juana Montera esa" "Montana, Juana Montana" "ay, chica, pues Montana, eso no son cosas de niño, mira qué te digo"...). Para que el Corredor pueda repasar mentalmente una vez más lo que quiere decirle a la Chica Lectora y para que una vez más se arrepienta en el último instante pensando que no puede declararse estando sudado y jadeante, y que ya lo hará mañana. Desde mi ventana veo el parque, tranquilo, con casi los mismos personajes de cada tarde, como una moviola eterna de sobremesa.

Desde el parque, ellos no pueden ver cómo mi casa se va llenando de humo. Humo espeso, oscuro y amenazante. Humo que se acerca a ritmo inexorable, empaña la vista y ahoga el respiro impidiéndome pedir auxilio. Humo que es posible que solo yo vea, saliendo de tus orejas al descubrir que me he cargado tu camisa favorita por un error en el programa de lavado.


"...Take one last look at this Sacred Heart before it blows..."

martes, junio 08, 2010

Escena De Pareja (A Las Dos)

(Volvemos, oh queridos y aparejados lectores, al "experimento" (por llamarlo algo suave). Esta vez, comentarios de dos palabras, por favor. Gracias gracias gracias por vuestra participación...y vuestro tiempo, que es muy valioso como para malgastarlo en tontadas como esta)

Yo callado. Tú ausente. Te pregunto. Me miras. Lo piensas. Lo dices. Me duele. Te respondo. Y discutimos. Nos reprochamos. Nos burlamos. Nos insultamos. Sin piedad. Una lágrima. Dos lágrimas. Tres lágrimas. Te acaricio. Me rechazas. Te abrazo. Estás tenso. Sigo abrazándote. Nos besamos. Con desesperación. Nos acostamos. Momento apasionado. Sexo salvaje. Casi olvidamos. Y entonces. Intentas dominar. Como siempre. Me niego. Como siempre. Nos detenemos. Recordamos reglas. Retomamos desapasionadamente. Finjo sumisión. Como siempre. Nada cambia. Sexo mecánico. Placeres individuales. Clímax deslucido. Como siempre. Ninguno habla. Yo callado. Ninguno mira. Tú ausente. Ambos sabemos. Pregunto temeroso. Afirmas tajante. No aguanto. Me visto. Me marcho. Para siempre. Para nada. Nunca más. La calle. La libertad. La decisión. La soledad. Sigo caminando. Remordimiento creciente. Intento esquivarlo. Soy libre. Puro teatro. Tengo miedo. No sirvo. Te llamo. Lo rechazas. Te insisto.  Me contestas. A regañadientes. Con frialdad. Te prometo. Prometo cambio. Prometo entrega. Prometo confianza. Y tú. Prometes sinceridad. Prometes fidelidad. Ninguno cree. Ambos necesitamos. Regreso contigo. Nos abrazamos. Nos besamos. Nos lloramos. Repetimos promesas. Nuevo intento. Nuevo error. Como siempre.

lunes, junio 07, 2010

I Can't Wait

Poco a poco, oh atentos y ponderados lectores, me fui acostumbrando a esto de tener una mano (medio) inútil, y el trance no ha sido tan duro como se esperaba. También es verdad que el señor cirujano, supongo que para curarse en salud (válgame la expresión), me instó a que tuviera analgésicos, sabrosas cantidades de analgésicos preparados para cuando se pasara la anestesia. Que iba a ser bastante doloroso, y tal. Pues no, no lo fue, y apenas tuve que recurrir a los antidolorianos. Tal vez es que soy muy duro (tan duro que me fui directamente del quirófano al trabajo), tal vez es que realmente no era para tanto, el caso es que, como decía, lo más difícil ha sido el manejarse. Y el calor, ah, el calor que da el maldito vendaje. A algunos os ha refrescado e incluso llovido este fin de semana. Lucky you. Por aquí el calor crece, aprieta y ahoga, y no ha hecho más que empezar.

Os agradezco enormemente los comentarios en la entrada anterior, queridos y buenodeseantes lectores. Con suerte, el miércoles estaré libre de toda atadura manual y de nuevo volveré a la arena bloguera. Mientras tanto, pongamos algo de música para empezar la semana con buen pie (y con buena mano, argh). No os he contado que siempre quise ser Stevie Nicks. Vale, conté que quería ser Bonnie Tyler, pero también Stevie Nicks. Quise ser tantas cosas.... Pero ya lo contaré en otra ocasión.


(y qué escaleras tan monas que saca en el vídeo, ¿verdad Stultifer?)

miércoles, junio 02, 2010

Adios, Muñeca

Quería contaros una historia, oh bienamados y neoveraniegos lectores, pero mucho me temo que esta manera de escribir no es la más apta para el explaye y/o espatarre teclorréico. Antes de nada, os pido disculpas, grandes y adornadas disculpas por no haber estado presente estos dias, ni en mi casa ni en las vuestras. Tampoco es que os hayáis perdido los comentarios más cargados de contenido ("enjúndicos"?) del mundo, que de eso por la blogosfera ya hay mucho y muy bueno, pero siempre gusta recibir visita. No se pasa lista, pero se echa de menos al que no viene, ¿o no? A mí me pasa, ciertamente. Os he leido a diario, eso sí, pero el fin de semana fue algo intenso por motivos familiares (ya felizmente solucionados), y para rematar, ayer... Como os decía, quería hacer una pequeña historia theodoriana con lo que pasó ayer y estaba dispuesto a ello. Y sin embargo.

Bueno, vamos al grano, inquietos y quirúrgicos lectores. Ayer tuve una pequeña pero aparatosa intervención en la muñeca izquierda. Un cortecito para extraer un ganglión (suena a emperador romano. O a gladiador, que da más morbo), y, hala, todo el brazo vendado de palma a codo  durante una semana. No duele apenas, pero incomoda mogollón (tía), y sobre todo para escribir. Yo soy de los que escriben "a dos dedos", así que si me quitan uno....pues es complicado, es complicado.

Así que esta será una nueva pausa, pero forzada por las circunstancias, oh queridos y concernidos lectores. Y ya en otro momento os contaré lo que los cirujanos, con gran asombro, extrajeron de mi muñeca. No era grasa, no era líquido. Tal vez era otro saquito de palabras podridas. Tal vez.

Y para acabar...

a) Gracias infinitas por vuestro interés a los que sabíais el asunto -el familiar y el muñequero-  y habéis estado pendientes. No os quiero más porque nunca os he querido menos. Ea. Y mención especial a mi beloved Chevy por su post de hoy. Qué arte tiene el puñetero.

b) No olvidéis pasaros por el cinefórum de Alforte, que este mes dedica a "La Boda de Muriel", que es una peli que os encanta y sobre la que tenéis mucho que decir. Pues hacedlo sin dila(ta)ción. El ya ha puesto su post, y es muy recomendable. Acudid prestos, oh cinéfilos y ABBAmantes lectores.


"...Hold the parts that were ripped out..."