jueves, abril 28, 2011

T.




No ha sido una pausa premeditada, por eso nunca hubo aviso ni anuncio ni post dramático de esos que tanto me gustan. Como ya sabéis algunos (y aprovecho para agradecer calurosamente mensajes, correos, espotifitudes y demás), todo empezó con una rachita de poca inspiración que creció y creció y todo lo fue devorando, como la Nada aquella de La Historia Interminable. Pero se regresará, no está muy claro cuando, pero se regresará, la cabra tira al monte, y la cabra loca tira al blog. Os he seguido leyendo en silencio pero la Nada devoró hasta la capacidad comentarística (palabro!!). Ahora me hallo en proceso de reunión de mis redactores, aunque hay uno que me está costando trabajito localizar, no quiero ni imaginar en qué tugurios andará metido, ay señor, señor. Lo último que supimos de él es que se apañó un querindongo en el Festival de Cine que le había prometido un papelito en alguna serie de moda ("Aguila revuelta" o "Amar en Barcos Químicos", no me quedó claro del todo), pero ya se sabe que la gente de la farándula es muy...muy.  Y cualquiera sabe. Al menos tuvo el detalle de escribirnos una carta de su puño y uñas esculpidas letra, y ese momento tan emotivo de la llegada de la misiva quedó recogido en este bello documento audiovisual, para mostrárselo si alguna vez regresa. Si alguna vez regresamos todos.

 
(y efectivamente, no se han habilitado los comentarios en esta entrada, que bastantes habéis ido dejando estos días en la anterior y no han sido respondidos, aunque sí enormemente agradecidos, sabedlo, oh queridos y reencontrados lectores)

viernes, marzo 11, 2011

Una Palabra Tuya


Ahora que empieza a hacer 20 años de casi todo, también hace 20 años de tí. De vez en cuando te asomas de improviso por una ventana de mi memoria, como ahora, y al momento te esfumas, como harás cuando acabe de escribir estas líneas. Trato de imaginarte con la edad que tendrás hoy, con la vida que tendrás hoy, con tus hijos ya crecidos y libres de todo trauma por el divorcio, si es que llegó. En ese momento era una reciente y bastante dolorosa separación, habías dejado a tu familia y a tu férrea comunidad TJ para lanzarte a la búsqueda de tu propia vida, sin saber exáctamente qué vida estabas buscando. Y en tu mirada de doble fondo, tras una aparente imperturbabilidad, se adivinaba que la caldera llena de culpa, ira y dolor estaba a punto del sobrecalentamiento. Me pregunto si estalló y qué se llevó por delante. Solo pude acompañarte en el lecho en un breve tramo del trayecto, tan breve que por más que quiera no alcanzo a recordar más que unas pocas escenas de vodevil entrando a hurtadillas en tu casa para que el vecindario no supiera de tus escarceos, un hermoso bosque de vello en el que me gustaba perderme, y unos cuantos fragmentos de conversación a deshoras, cuando tras vaciar tu cuerpo necesitabas vaciar tu alma, siempre pendientes del reloj para marcharme igualmente a hurtadillas al amanecer, cuando las calles aún no estaban ni puestas. Curiosamente no recuerdo tu nombre, pero sí tu palabra. Algo que me dijiste a oscuras, con la voz quebrada después de una larga pausa en tu relato del malestar. Y que no sé si entendí mal, pero no quise hacértelo repetir para no romper la trascendencia del momento. Todavía hoy, cuando tu recuerdo asoma por la ventana de la memoria, me pregunto si realmente dijiste aquello.

"¿Sabes? Es que tengo un marketing de vida muy complicado."


(..."the world is full of them...")

miércoles, marzo 09, 2011

Mismidades

Ronronia Adramelek, hacedora de un interesantísimo blog, y generadora de algunos de los comentarios más inteligentes que estos humildes ojos han leido desde que el mundo es blog, publicó el lunes esta curiosa foto.



Y al momento me vino a la cabeza un texto de 2008, cuando este desprestigioso blog era un puro erial (como si ahora fuese otra cosa, vaya), donde utilicé por primera vez la palabra desastronauta. No hace mucho, googleando me enteré de que hay un libro escrito en 1971 por un autor portugués, Flavio Moreira da Costa, llamado "O Desastronauta". Juro que no tenía ni idea, y aún no sé cómo se me ocurrió tal término. No sé si leí algo sobre el libro y se me quedó agazapado en algún pliegue de la memoria, o tal vez simplemente se me ocurrió de la nada. No me creo tan original como para algo así, pero quién sabe. En cualquier caso, creo que me define bastante bien, por eso pasó a ser el subtítulo de este blog. Recupero ahora este texto, aprovechando que estoy en una etapa de alarmante falta de ideas. Y aunque he estado tentado de cambiar algunas cosas, lo dejo tal cual se publicó, tiene su gracia porque es así como muy de drama y tal, que me gusta mucho. Yo es que soy muy de drama, no sé si os habíais percatado. Y la música de acompañamiento es mu bonica.


 Auto Mata 
(15 de Julio de 2008)

Hay días que soy un muro. Hay días que soy una esponja. Unas veces musgo, otras brezo. Creo que soy más cristal que acero, aunque lo mismo soy metacrilato (Woody Allen me mandaría derecho al infierno). Una anguila a la que me gustaría impulsarle ortográficamente la a, quitarle la ene y dársela a la traca. Soy una tira de velcro que se sueña satén. Una señal de stop. Un bosque tenebroso de deseos imposibles. Una pluma que viaja en busca de una hoja en blanco, y que cuando la encuentra descubre que la tinta se le ha secado. Un acorde en desacuerdo (déjame en paz de una vez, Woody). Una maleta con el cierre cedido que va dejando escapar (d)efectos personales. 

 Unas gotas de sangre en el parquet (ay no, eso es de Tino Casal).


La huella antigua de un desastronauta.