(Interior. Noche. Despacho del desprestigioso blog "Teodoro y amigos". Theodore -el pedantorro gafapasta- lee con gesto desesperado un libro del tamaño de Arkansas llamado "No temáis al cine popular, oh cinéfalos de pro" mientras masculla algunas maldiciones. Entra Zío -la re-Portera más dicharachera- y sonríe maliciosamente.)
- Zío: Ay Mari...no te puedes imaginar lo que traigo. Seguro que la bossa y Doroteo están en la cosa esa, ¿no?
- Theodore: Sí, volverán tarde, iban a la presentación de la nueva temporada del CineFórum Virtual. Como siempre, ellos dan la cara y ponen el prestigio, y yo me tengo que encargar de hacer las entradas que nos correspondan. El jefe me ha pedido (ya me entiendes) que lo haga en un estilo sencillo y directo, pero con fundamento. Y no me llames Mari.
- Zío: Pues te vas a tener que empapar bien ese libraco, que tú siempre tiendes a ser muy barroco y denso y te gustan las pelis raras. Recuerdo el día que te acompañé a ver aquella cosa de algún país de estos que acaban en -stán. Qué ladrillo. Menos mal que estaba aquel chico dos filas más alante que....bueno, que me desvío del tema. No hay nada como hacerse el simple, mira cómo a mí no me encarga nada difícil. Si él supiera que este cuerpo hecho para el gozo esconde un cerebro privilegiado (se señala coquetamente la frente como una Valerie Perrine cualquiera)...
- Theo: Bueno, ¿a qué venía esa cara al entrar? ¿Qué has hecho?
- Zío (mordiéndose el labio inferior con exagerada picardía): Verás, cuando me dijiste que habían llamado de nosequé consulta, confundiéndote con la bossa, me intrigó y me puse a investigar. Menos mal que había traido de la tintorería el modelito de espiar un día antes. Pues resulta que....¡¡la bossa está yendo a un psicoanalista, Mari!!
- Theo: Pero... qué me dices..y no me llames Mar...
- Zío: ¿No te has dado cuenta de que desde que volvió de las vacaciones está como un poco ido? Y de pronto le ha dado una vena exhibicionista que no para de colgar fotos suyas, con lo discreto que ha sido siempre. Mismamente el día que estaba yo haciendo la entrada sobre Matía Bazar me ví obligado a colocar el careto suyo como colofón. Con lo bien que me había quedado (no es porque sea yo, pero es que tengo una grassia y un savuarfé quequequeque....que es un gusto)...
- Theo (en tono mordaz): ¿También hablaste de Woodstock? No te hacía tan rockera...Mari.
- Zío (lanzando una mirada de reproche que Aurora Bautista hubiera envidiado): Un GUSTO, amiga sorda, jaja. Qué te gusta hacerme rabiar, leona (Theo suelta una carcajada). Pues eso, que con lo bien que me había quedado la entrada... y tuve que rematarla con una foto. Para mí que está intentando mandar señales a alguien.
- Theo: ¿Tú crees? Mira que tú para los complots interbloguerísticos no es que seas muy espabilado. La última vez creiste que al jefe lo querían asesinar porque salía mencionado el mismo día en varios blogs...
- Zío: Es que los deseos a veces me nublan el entendimiento...
- Theo: El (hace un gesto de comillas con los dedos) entendimiento lo tienes perfectamente, mala pécora. (Zío saca lenta y misteriosamente un cuaderno de su maletín de Luis Cutrón). ¿Qué llevas ahí?
- Zío (con cara de adolescente pícara a lo Sue Lyon): Verás, pero debes prometerme que esto va a quedar entre nosotra...nosotros. Pedí cita con Oteo (Theo mira con asombro), y fingí ser una pobre alma torturada por macabras pesadillas. Empecé a contarle una en la que un desconocido entraba en mi casa y me obligaba a hacerle cosas, cosas terribles que me asustaban pero a la vez me excitaban. Poco a poco caldeé el ambiente hasta que me abrí la gabardina (no creo que haga falta decir que debajo solo llevaba dos gotas de Xeryus) y le invité a participar en la fantasía. Como esperaba, cayó en la trampa. Se fue al baño para adecentarse (o desdecentarse más bien) y me puse a buscar entre sus cajones. Cuando encontré lo que buscaba, me fui sin hacer ruido. Se tuvo que llevar un buen chasco al salir del baño, pobre hombre...
- Theo: Y... ¿qué es lo que encontraste? (Lee la tapa del cuaderno en voz alta) "DIARIO SECRETISSSIMO DEL DR. OTEO." Pero Zío...¡¡esto es un hallazgo!! Y qué plumazo tiene el doctor este, ¿no?.
- Zío (parpadeando sofisticadamente a lo Sally Bowles): Es que el que nace listo...anda, anda, lee por donde está el marcapáginas, que te vas a llevar una sorpresa, Mari. Yo mientras me voy a cambiar para estar más cómodo.
- Theo: Veamos....ah, por cierto, te felicito, pero una cosa te digo, Zío...
- Zio: Dime, corasón:
- Theo: ¡¡NO ME LLAMES MARI!!
(¿Continuará?)
(Teodoro en-grass-ado...¿y mandando señales?)