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martes, agosto 10, 2010

Temptation (vol. 2)

"Tengo mucha fantasía. Me mira alguien asi por casualidad en el metro, por ejemplo, y yo ya puedo ver en mi cabeza el salón de nuestra futura casa decorado". (Frase memorable de Adrianos)

Ayer me metí en un berenjenal bueno con el asunto de las tentaciones, oh queridos y sucumbientes lectores. Tanto, que dado el volumen (en tamaño y sobre todo en contenido) de los comentarios, creo que no me queda otra que continuar con el asunto. Pero digo "creo", que quiere decir que no estoy del todo seguro de volver a calentaros la cabeza, bastante calor hace ya en esta época del año. Me lo voy pensando mientras uso el recurso siempre agradecido y cómodo de la música. Qué sería de vuestro humilde narrador sin la música, otra de las grandes tentaciones de su vida (¿os he contado que en un viaje transoceánico volví cargado con 350 vinilos y casi otros tantos cd's? ¿No? Pues no lo voy a contar). Mica, échame una manita por aquí, anda, reina:



Cuando, hace un mes, Adrianos puso esa gran frase en un comentario de su propio blog, así, como de pasada, yo me quedé ojiplático y bocabuzonado: ¡¡esa frase resume mi vida!!, pensé yo, con la mano en la frente y gesto ensoñador, no olvidemos que lo mío es el Drama. Pero es cierto. Es una tendencia irrefrenable e irracional a encontrar el príncipe azul que no cuadra nada con mi concepción de la vida que quiero vivir. Yo, en puridad, tranquilidad y sentido común, no quiero un príncipe azul, sino un compañero. Bueno, ahora no quiero nada, pero de querer, querría eso, ya me entendéis. Pero a la hora de la verdad, he acabado principeazulando a quien ha tenido la mala fortuna de caer en mis garras (vale, esto es una exageración, que tampoco soy tan malo, pero no negaréis que tal vez al candidato en cuestión podía no apetecerle cargar con ese papel). Y todo en un sí-pero-no, quiero-pero-no-quiero, dudas, ambivalencias y demás zarandajas. Agotador para el príncipe, para la drama-princess (intentando llegar a Queen) y para el lucero del alba. New Order, os toca,


Así pues, la idea no es "no sufrir más por amor", como algunos entendieron, ni "no sucumbir a las tentaciones de la carne" (y mucho menos en una idea moral o religiosa) como pensaron algunos otros. Es una combinación de eso y otras cosas, pero más encaminada a tratar de resolver mis conflictos, y hasta no resolverlos, no verme implicado en algo (una relación) que en vez de aportar felicidad, alegría, gozo y sana concupiscencia, lo que aporta es desequilibrio. Para mí y para el que lo tenga que compartir. Quiero creer que es sentido común y tratar de madurar, aunque visto lo visto por lo que opinásteis, a lo mejor estoy equivocado. ¿Vosotros qué decís, Squeeze?



Tal vez, como contesté a alex, resuelva todo esto en un mes, en un año, a los 50 o a los 70, y podré entregarme en cuerpo y alma a otra persona, sin pensar que no valgo y que no sirvo y que me quiero morir y blah blah blah. Mientras, existen los amigos, la familia, los paseos, la música, las lecturas y el cine, oh, el cine. En cualquier caso, no estoy vegetando, eso seguro. Estoy, quizá por primera vez, intentando hacer las cosas bien. O al menos, tan bien como mi conciencia me dicta. Eso sí, no se os ocurra tentarme, que no sabéis el trabajito que cuesta a veces mantenerse firme (firme de pensamiento, malpensaos) y ser consecuente. Ojú.  Heaven 17 (gracias, Squirrel, mira que no me había acordado de esto, con lo que me gustan), seguro que lo vuestro fue más fácil:


Pues nada, querídos y sufridos lectores, gracias si habéis tenido la paciencia de llegar hasta aquí, prometo no daros más la barrila hasta....hasta que se me ocurra otro Drama, ja ja. Mientras, seguiremos con los micros, los minis, las músicas y todas esas chorradicas varias que os ofrece Teodoro con tanto cariño y tanta zalamería. Si es que hay que quererme, leche. Pero a una distancia prudencial, por lo que pueda pasar, ji ji.

Venga Anna, acompaña a los señores a la puerta, que se querrán ir ya y Holly Cole no aparece por ninguna parte.


lunes, agosto 09, 2010

Tentación

Atentos, oh queridos y nunca suficientemente alabados lectores, os voy a contar algo muy íntimo. Diría que es un secreto, si no fuera porque lo saben mi terapeuta, unos 9 o 10 amigos, mi hermana mayor, mi hermana pequeña, (las dos que tengo, vaya) algunos primos (de carácter y de parentesco), mi compañero de trabajo, mi peluquera y mis redactores (ah, que mis redactores no existen, son la transus..la transmut...la trunscbr....que soy yo mismo, vaya. A veces lo olvido). Como dirían en la fabulosa y obligatoria serie Pushing Daisies, "The facts were these", usease, Las facas estaban tiesas. Digo....los hechos eran estos:

Llevo bastante, mucho tiempo retirado del mercado (creo que no hace falta explicar lo que esto significa, oh avispados y mercadistas lectores). Por voluntad propia, no exenta de conflicto interno de cuando en cuando, aunque, ¿qué sería de mí y mi complejo multifacetismo si no lo alimentara con conflictos en dosis variables, a ser posible una vez al día como mínimo? El caso es que los años y la deSEXperiencia me han llevado a la conclusión de que, si bien mi caracter es templado, sereno, juicioso y bastante individualista, cuando se me cruza el señor Cupido (y sus mariachis) por delante, me vuelvo...me vuelvo un desastre. Y como quiera que no soy muy aventurero (que no me atraen especialmente las aventuras de una noche*. Obsérvese que he dicho especialmente), pues hace tiempo que decidí renunciar a cualquier tipo de tentación. No quiero volver a ser celoso ni posesivo ni sumiso. No lo quería y siempre acabé siéndolo. Lo único que me proporcionaron los años fue una manera de afrontarlo más nórdica que mediterránea (los tópicos son los tópicos, ya véis). Así, bajo un semblante pétreo frente al contrario escondía una tempestad que lograba dominar hasta convertirla en un diálogo más o menos tranquilo (aunque por dentro fuera más terrible que el Katrina), en vez de comportarme como una Anna Magnani** cualquiera. Pero eso no mola, oh no. Así pues, una vez terminé mi últina relación, me juré en plan Scarlett O'Hara que no volvería a provocar (o dejar que me la provocaran, por supuesto) una chispa. Y curiosamente, no ha sido tan difícil. Es como si hubiera dejado de comer chocolate aunque me gustara a rabiar porque me salieran granos, o algo así. Tampoco es que me guste mucho el chocolate....pero vaya, creo que sirvió para ponerlo como ejemplo***, ¿no?

Aunque claro, de vez en cuando aparece la tentación, y no queréis saber las filigranas que tengo que hacer para mantener las compuertas en su sitio y que el huracán no desborde la presa ni destroce lo que pille a su paso, que básicamente seríamos yo...y el tentador, pobretico, que no tiene culpa de ná. Menos mal que cada vez me resulta menos difícil no sucumbir.

Digamos que me hallo en fase de apuntalamiento extra de compuertas. Es un sinvivir. Pero debo reconocer que se pasa muy bien en el proceso. ContrAdicciones que tiene uno mismo en su propia y turbulenta mismidad.



*: La expresión "de una noche" es una unidad de tiempo variable, que no siempre incluye a la noche, entre un aquí-te-pillo-etc y un te-puedes-quedar-a-dormir-si-quieres.
**: Señora italiana que gritaba mucho. Y que fue una de las grandes actrices de la historia, por cierto.
***: Aquí es donde os lanzáis como locos a contar lo mucho que os gusta el chocolate y lo inconcebible que os parece estar sin sexo.

Y lo que me gustaba esta canción, que he recuperado recientemente...

"...is a part of life..."

jueves, marzo 04, 2010

Gazpa(labra)cho

Hay que cuidar los ingredientes. Todos de la mejor calidad y en las medidas exactas. De nada servirá un buen entorno, un buen acompañamiento sensorial (música íntima, velas cálidas, fragancias suaves), ni la más exquisita vajilla o ropa de mesa si el plato a degustar está en cualquier punto menos en el que le corresponde. Justo en sabor, que sea intenso pero no agresivo, que entre con suavidad y siempre nos deje con ganas de un nuevo bocado. Y en ocasiones como esta, lo apropiado era servirlo frío. Las cosas en caliente saben de otra manera, el picante puede eclipsar los matices y hay elementos que pueden reblandecerse demasiado. Así que sería frio. Pero lleno de texturas, de emociones, todo bien mezclado y, como ya se ha dicho, en las medidas exactas. La base era el cariño, que serviría para emulsionar bien todo el conjunto, en el que puso un controlado golpe de dulzura (no había que pasarse, aquello no pretendía ser un almíbar), un chorro generoso de humildad, dos partes de erotismo (ehmmmm...mejor tres), un puñado de promesas, una taza de ilusión. Dudó si sería conveniente poner una pizca de enigma, pero lo hizo, bien combinado siempre era un ingrediente estrella. Incluso se atrevió a añadir un poco de súplica y otro de perdón. Adornado con una rama de tálamo y guarnición de alegría, enmienda y compromiso. Estaba convencido de que sería un éxito, la reconciliación estaba asegurada.

Por eso, cuando vió cómo tras los primeros sorbos llenos de elogios y parabienes se iba tornando malencarado y vociferante, cuando vió cómo se marchaba dejando un eco doloroso, cuando comprobó que realmente había un sabor no esperado en aquel plato, corrió a la cocina para comprobar con horror que había confundido el tarro de la humildad con el de los reproches. Un chorro generoso.


"...but the clouds were there, blocking out the sun..."

martes, febrero 23, 2010

Desinficción

¿Y si de pronto me fuera? Si dejara todo esto, dejara los espejos, las trampas y las trampillas, los amigos, los ex-amigos y los por amigar, los cines, las canciones y los bailes, los versos que nunca me atreví a componer. El blanco sobre azul, el pefil, la cuatripolaridad, la unidimensión, las bromas de tablero y las gracias por venir. Y por estar. El alfabeto, los momentos, los micros de efímero eco y presunta (y desmentida) biografía. Dejara todo recogido y limpio de cualquier recuerdo, de cualquier cara torcida sin sonrisa. Los aniversarios y efemérides, los sentidos y las sensateces...los absurdos y jeroglíficos. Los celos. El desastronauta arrastrado por su impropio deseo. ¿Y si de pronto me fuera?

...tendría que volver porque con mi despiste, seguro que me habría dejado la llave del butano abierta.


"I've come to mess with your head cause it'll make you feel good..."