No estaba tan nervioso como esperaba. Ansioso, tal vez, pero nervioso, no. Y eso no era producto de la madurez (tenía bastante poca) , de la experiencia (ver paréntesis sobre la madurez), o de la seguridad en sí mismo (ver paréntesis sobre la madurez y la experiencia). Era...se le ocurrían muchas cosas, pero el caso es que no estaba nervioso. Quizá una punzada al concretar el sitio (tras mucho pensar al final se decidió por el vegetariano), dos punzadas al recibir el último mensaje ("mejor a las 14.15. No podré antes"), tres punzadas al acercarse a la plaza donde se habían citado (alea jacta est). 14.15 en punto, nada de llegar pronto para convocar más punzadas ni tarde para hacerse esperar. Lo mismo debió pensar poloverde porque apareció segundos después. Azul, esta vez. Un momento de silencio entre sonrisas, y el descubrimiento de sus voces. Algunas frases ingeniosas, risas, y una declaración que le dejó pensativo. Y ahora, qué.
Volviendo a casa, pensaba en lo bien que habían comido, en lo mucho que habían hablado y en lo relajado que estaba el rato que pasaron juntos. Una vez liberado de expectativas, todo era más fácil. Le gustó que le dijera que tenía pareja antes de ir al restaurante, por si prefería marcharse. Y que estuvo un día entero pensando si comunicarse con él o no, no quería crearle falsas esperanzas (¿o tentar a la suerte, tal vez?), pero no pudo resistirse, la curiosidad por conocerle después de aquel truco de los números en el tren fue más fuerte. Le dijo todo eso y mucho más durante la comida. El vino les hizo entrar en un simpático juego de galanteo tal vez algo sobre-edulcorado a ratos ("tu mirada me tenía fascinado en el tren" "pues tu sonrisa no se queda corta", blah blah blah), en el que se sentían cómodos porque tras el acuerdo tácito de "no arrejuntamiento", se dijeron todo lo que querían decirse. Y siempre podrían culpar al alcohol de cualquier salida de protocolo. Que las hubo, oh sí, las hubo.
Rechazó la invitación al cine porque debía recoger a su significant other. Mejor, hubiera sido una tentación incómoda tener ese tupido antebrazo junto al suyo durante dos horas. Se despidieron con un fuerte apretón de manos y más sonrisas, sabiendo que muy probablemente no volverían a verse. Por alguna razón no se dijeron los nombres. Sigue siendo poloverde. Y a él le gustaría saber qué nombre le puso.
Lo había pasado muy bien. Fue un rato muy agradable que no se prolongó hasta hacerse incómodo. O peligroso. Y estuvo bien que tuviera pareja (¿sería cierto, por otra parte?), en realidad no tenía ganas ni necesidad de complicarse la vida en líos sentimentales.
Nunca había sido una zorra (ya le hubiera gustado a veces, ya), pero mientras volvía a casa no dejaba de pensar en que las uvas tal vez no estaban tan verdes como él quería creer.
No tan deprisa.
(No se sabe si el griego Esopo existió de verdad. En cualquier caso, las fábulas que se le atribuyen conservan su vigencia y nos siguen moralejando día a día)
Volviendo a casa, pensaba en lo bien que habían comido, en lo mucho que habían hablado y en lo relajado que estaba el rato que pasaron juntos. Una vez liberado de expectativas, todo era más fácil. Le gustó que le dijera que tenía pareja antes de ir al restaurante, por si prefería marcharse. Y que estuvo un día entero pensando si comunicarse con él o no, no quería crearle falsas esperanzas (¿o tentar a la suerte, tal vez?), pero no pudo resistirse, la curiosidad por conocerle después de aquel truco de los números en el tren fue más fuerte. Le dijo todo eso y mucho más durante la comida. El vino les hizo entrar en un simpático juego de galanteo tal vez algo sobre-edulcorado a ratos ("tu mirada me tenía fascinado en el tren" "pues tu sonrisa no se queda corta", blah blah blah), en el que se sentían cómodos porque tras el acuerdo tácito de "no arrejuntamiento", se dijeron todo lo que querían decirse. Y siempre podrían culpar al alcohol de cualquier salida de protocolo. Que las hubo, oh sí, las hubo.
Rechazó la invitación al cine porque debía recoger a su significant other. Mejor, hubiera sido una tentación incómoda tener ese tupido antebrazo junto al suyo durante dos horas. Se despidieron con un fuerte apretón de manos y más sonrisas, sabiendo que muy probablemente no volverían a verse. Por alguna razón no se dijeron los nombres. Sigue siendo poloverde. Y a él le gustaría saber qué nombre le puso.
Lo había pasado muy bien. Fue un rato muy agradable que no se prolongó hasta hacerse incómodo. O peligroso. Y estuvo bien que tuviera pareja (¿sería cierto, por otra parte?), en realidad no tenía ganas ni necesidad de complicarse la vida en líos sentimentales.
Nunca había sido una zorra (ya le hubiera gustado a veces, ya), pero mientras volvía a casa no dejaba de pensar en que las uvas tal vez no estaban tan verdes como él quería creer.
No tan deprisa.
(No se sabe si el griego Esopo existió de verdad. En cualquier caso, las fábulas que se le atribuyen conservan su vigencia y nos siguen moralejando día a día)
23 comentarios:
¡Cada día la vida me sorprende y aprendo algo más...sea de fábulas o de el vivir cotidiano!...Bonita historia de sentimientos Besos
Jo con polo verde, ¿que tenía pareja? bueno, que le vamos hacer, aun así la comida fue una experiencia para aprender. Jajaja. La proxima en el vegetariano con alguien que no la tenga (pareja y o experiencia), que quiera compartir algo más que una comida y que la mirada le desescadena una sucesión de sentimientos en su interior, (mirada enigmatica) que no pueda más que desear encontrarse de nuevo, pero a la luz de las velas y entre las sabanas blancas.
Un besote cielo
Pues termina como las peliculas que tienen segundas partes. Aunque ya se sabe que nunca fueron buenas.
Carpe Diem
Pues chico, me parece una historia preciosa, y contada de maravilla. Me la imagino en pantalla y en cinemascope. Quizá no dé para 90 minutos (aunque si añades el mensajeo bloguero quizá sí), pero sí me la imagino de ganadora de un festival de cortos o mediometrajes.
Bueno no, me la imagino tal cual la has escrito, con el símil de Ésopo, que es precioso.
"Tupido antebrazo". Hay ciertas cosas por las que merece la pena vivir. Como este blog tuyo.
P.S. "Yo no te conozco..." pero quizá te habría puesto de nombre "Bright eyes".
:(
ABZ
A mi me parece que es importante que la gente se encuentre y se conozca. Que parece poca cosa dicho así, pero en los tiempos que vivimos es todo un logro.
Making long short, cuando conocí a M él estaba muy bien casado y yo sonriente con novio, dos años mas tarde nos encontramos él divorciado y yo sonriente sin novio.
A lo mejor poloverde no es esa persona, o a lo mejor a poloverde le falta un poco de 'maduración' (que no madurez, sino tiempo y proceso) para estar preparado para tí :)
yo celebro el encuentro :)
:-************************
Maldita sea... Después de tanto SMS de continuidad para volver a casa con la sonrisa congelada. Es el gasto de energía el que me impide lanzarme al vacío muchas veces. ¿Quién pagó la comida?
El cabronazo este del Theodore cada dia escribe más bien. Estoy por dimitir.
Una vez conocí a un polonegro y tambien hubieron sms previos y posteriores. Solo bebimos. Y tenía razón Esopo. Nos los pasamos de fábula.
Y sin embargo... las uvas a veces estan muy muy lejos.
Kisses (parakalo)
-Winnie ...fábulas, sentimientos, vida....no es todo un poco lo mismo? :-) Muchos besos.
-alex bueno, o que tenga pareja, lo importante es pasarlo bien si herir a nadie. Y te puedo asegurar que, aunque probablemente no se repita, se pasó muy bien :-)
Muchos besos, tesorillo
-Breckin abrumado, pero abrumado del todo. Gracias. No se me ocurre nada más. ***
-ABZ nada nada, a sonreir que aquí estamos para pasarlo bien, jeje.
Bss.
-eppes así lo veo yo también. Esto ha sido una experiencia más que agradable, si tiene que pasar algo más, pasará. Ni un minuto antes ni uno después, y si no, pues eso, habrá sido algo muy agradable, que no es poco :-********
-Stultifer no te creas, yo volví con una sonrisa bien amplia, por más que la zorra quisiera dar por saco. Pagamos a medias, of course.
-Chevy tú no puedes dimitir, a tí hay que desconectarte (daisyyyy, daisyyyy) , y creo que nadie va a querer hacerlo. Y que ni se le ocurra.
Seguro que tu polonegro lo pasó tan bien como tú.Seguro.
Besos besos.
-Cosecha leñe, que te me habías escapado. Si lo piensas, todas las películas pueden tener segundas partes. Nunca nada termina del todo. Habrá que ver si esta puede ser buena o no ;-)
Me encantó! Lo relataste con una clase y un nivel descollante! Muy sabio de tu parte tomarlo sólo como un momento agradable, de esa manera se elimina la ansiedad de un futuro encuentro. Ya sabés que nada es casual, todo causal; si se tiene que dar, se dará.
Muchas gracias por el elogioso comentario que me dejaste, sos un encanto!
BESOTES MI ADORADO THÉODORE!
Una historia preciosa, Theodore, de verdad. Y con un buen final. Tal vez el mejor final... Antebrazo Tupido tuvos dos opciones: a) no darse por enterado de tu número de teléfono, b) darse por enterado, llamarte y quedar contigo. Me pregunto por qué lo hizo: me cuesta trabajo pensar que la curiosidad fuera la única razón.
Y ojalá que yo reaccionara como tú en situaciones similares.... Al final fuiste tú y no él el que marcó los términos del encuentro.
Joer, majadero: qué bien escribes. La historia es una maravilla.
Frases como "El vino les hizo entrar en un simpático juego de galanteo tal vez algo sobre-edulcorado a ratos" recrean la situación de forma única.
Yo a veces prefiero que la persona candidata tenga pareja porque siempre hay una alta probabilidad de que esté deseando de tenerla. Y llegar así en el momento oportuno.
Si es que hubo atracción, es cierto lo del cine: con lo fácil que es rozarse a través de las ...b(r)utacas.
a mi la zorra me da pena....
LVLVLV
-Stanley un momento zen. No siempre se tienen, pero se intenta :-)
Muchos besos, maestro!!
-Manuel puede que no fuera solo curiosidad, puede que lo dijera durante la comida en alguna salida de protocolo, qué más da. El caso es que se pasó bien. Uno no es tan sensato como parece, y nunca está seguro de cómo va a reaccionar. Por suerte esta vez fue la reacción adecuada. Gracias.
un beso.
-Polo lo que me he reido con las brutacas. Y gracias a tí también, yo sigo dudando mucho de que lo que escribo pueda entretener, y comentarios como los que hace(i)s de este tipo son los que me inspiran, en serio.
-sardinita que no te de pena, es astuta, una superviviente, el día que de verdad quiera uvas, no dudará aunque estén demasiado altas o demasiado verdes. LvLvLv :-******
que estupendo, cari... por poco me lo pierdo, a ver si cuando pones post como estos me avisas, jaja
La verdad es que lo peor de todo estos asuntos de quedar con blogueros o no, pero de perfiles y de gente que se conoce por ahi, es que no hay manera de saber que pasa por su cabeza, la incapacidad que tenemos para leer los signos no orales y para interpretalos... Y luego lo mucho que nos rompemos la cabeza, tendra novio de verdad? no le habré gustado? que nick me habrá puesto? Le podia haber dicho qué.... No sé. TAmpoco se entiende estas quedadas sabiendo que va a ser flor de un día ¿pa ponerle la cara? pues pa ese viaje....
Lo que si se es que en la blogosfera se folla poco jajaja.
bezos
jolín... Se descuida uno un par de días y se encuentra con textos tan preciosos como el que nos ocupa...
jolín...
Siento llegar tarde a este desatino y no haberte avisado a tiempo.
¿Hay algo menos excitante que un vegetariano?
Nada inconfesable puede pasar después de comer en un vegetariano.
Lo mejor de ese encuentro es que ha dado pié a este precioso relato.
Un abrazo
Por lo menos tu no podrás echarle la culpa al cochinillo.
Estos encuentros después de todo tienen mas gracia que los que ya sabes como va a acabar la cosa.
Bonita historia.
Aparte de que me encanta leerte por como escribes, quiero decirte que hay sensaciones y experiencias tan o más interesantes que meterla en un agujero o que te la metan en el tuyo. Y una de estas es lo tuyo con Poloverde. "Reburning" kisses.
y entonces cual es la moraleja?
tiene segunda parte?
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