Se podía ver, pero no tocar. La imagen era clara y auténtica, la voz llegaba con nitidez, se desenvolvía como uno más entre toda la gente, pero estaba rodeado por una gruesa aunque imperceptible capa de cristal. Un muro que le protegía de la vida, aunque le gustaba pensar que a la vida le protegía de él, así de soberbio y tragipatético podía llegar a ser en su papel de corazón solitario sin banda a la que pertenecer. "Siempre distinto, siempre distante. A veces amado. Nunca amante." Cuando bebía más de la cuenta entonaba con voz pequeña y fuerte sentimiento estas frases, que acababan volcadas a chorro en el váter, mezclándose con todo el catálogo de promesas rotas, oportunidades perdidas, lamentos egoistas y demás parafernalias tan tópicas y de las que solía burlarse cuando andaba sereno. Y en esos momentos comprendía que ni era tan distinto ni tan distante, y por más que trataba de llorar, las lágrimas no brotaban. Tal vez se habían cristalizado, imitando su muro protector.
Solían decirle que valía mucho. Que era una joya. Una joyita, es que eres una joyita. Y él se preguntaba cómo no había encontrado aún la solapa adecuada a la que adornar, el cuello al que rodear, el dedo que lo luciría con orgullo. Puestos a elegir, le gustaba pensar que era un diamante. A medio pulir, mostrando un brillo primitivo y natural. No se imaginaba en grandes fastos, sino en pequeñas ocasiones, en una intimidad en la que supieran apreciar su verdadero valor.
Un día se encontraron. Hablaron, rieron, inventaron. Pero mientras más cerca parecía uno, más inasible lo percibía el otro, que no atinaba a comprender por qué sus dedos no lo alcanzaban. Sus momentos juntos eran tan agradables como extraños, le daba la impresión de hablar a través de una pantalla transparente, en la que todo estaba a la vista pero nada al alcance. Como en una sala de visitas carcelaria. Pensó que era la ocasión de comprobar si era la joya que todos decían, ese diamante que él fantaseaba con ser. Comenzó lanzando palabras llenas de intensidad, que iban posándose acompasadamente sobre la pantalla, tratando de ablandarla. Nada era casual ni gratuito, todo calculado con el esmero y el cariño que se pone a una receta preparada para una ocasión especial, hecha a fuego lento durante horas y con el convencimiento de que va a ser un éxito. Pero para este plato necesitaría más tiempo y el éxito era incierto. Con algo de pudor pasó a acariciar suave pero firmemente el cristal, seguía notando que las risas rebotaban pero le pareció que encontraban menos resistencia. Al otro lado de la pantalla, el distante contemplaba inquieto cómo se iba dibujando un círculo que inevitablemente acabaría por abrir un hueco en su hasta entonces inexpugnable fortaleza. En el último momento se le ocurrió que un diamante quizá luciría bien en su solapa. Y no pudo, no supo, no quiso detenerlo.
15 comentarios:
Yo lo siento...peo nunca querría ser diamante...¡qué frío y qué soledad! Besos del día del Pilar
Moraleja: en ocasiones, hay que ser un poco "echao p'alante" y si uno hace el "ridi" pues qué le vamos a hacer, una anécdota más al cuerpo para contar alguna tarde sosa...
"Este chico es una joya
Nadie me lo va a quitar
Hace todo lo de casa
Y le da tiempo a estudiar"
Me ha venido a la cabeza esta canción, igual es un poco frívola para el texto pero a mí me pone tontorrón, fíjate
Buen lunes de FIESSSSSTA!!!
-Winnie Y si fueras un alfiler de corbata de Charlton Heston (época marabunta)??? :-) Un beso, maja.
-coxis por qué será que te pone tontorron.....jeje. Y siempre hay que ser echao p'alante, pero con prudencia, que tampoco es bueno avasallar. Buen festivo a tí también y enhorabuena (tarde) por el premio.
Di amante... ¿es es tu nick?....
Tú, pa'lante....
Y mira que por muy echáo pa´lante y masculino que soy tenga que confesar esto en público, vale, me has hecho soltar la lagrimita, joder, cómo cuesta decirlo!!!
pbDiAmOnDkss
Xim
No lo entendió bien. No le llamaron diamante, le dijeron diente.
No pudo, no supo, no quiso detenerlo mientras el diamante cortaba el cristal. Mira cómo te atreves a dar esa propiedad del diamante, que será la que resuelva la historia, sin mencionarla. Se atrevió por fin, entre esas palabras a veces difíciles de entender.
Cuántos misterios guarda la vida, cuántos el lenguaje, cuántos guardamos todos. Pero hay algo que no es un misterio y es que tú eres un genio de la palabra, del verso hecho prosa. Has escrito un relato lleno de metáforas que ni siquiera lo parecen, comparaciones precisas a las que nada les sobra ni les falta, pero no es ya lo técnico, ni siquiera el estilo, que es intachable... es que tocas el corazón y eso, querido Theodore, no es ni sencillo ni gratuito.
Te envidio (sanamente) por saber hacer estas verdaderas obras maestras de varios párrafos. Es que no hay más...
Un beso,
Ed.
Hay que ser echao p´lante, como dices tu, y encontrar el momento adecuado para ir poco a poco, con el dedo de la valentía y la confianza, haciendo desvanecer ese cristal, que tantas veces se nos empaña de las lagrimas de dejamos caer.
Pero tbm es cierto, que cuando queremos ir quitando ese cristal, es bueno tener en frente a alguien que sepa como recoger los cristales con sumo cuidado, acariciar esas manos que se estan volviendo valientes y acogerlo con cariño y amor para que deje de temblar todo su cuerpo.
Un beso cielo, me ha encantado y tomo buena nota.
MUACH
A veces (sólo a veces) es mejor no saber y no poder.
Carpe Diem
Torres más altas cayeron, jajaj. Si es que no se puede ni vivir ni hacer vivir a nadie en una una de cristal....
bueno, sigues jugando con las palabras y las ideas, y ya no hay ninguna que se te resisa. Eres el domador de la prosa a golpes de imágenes y metáforas. Nada se te resiste, Ni la gramática ni los sentimientos, cari.
Bezos.
-Manuel Like the Alicant ones, jajaja. Besos.
-Xim hasta los tipos más duros tienen su corazoncito :-) Gracias y besos.
-Stultifer los dientes me los llevé yo todos, creo.
-Ed es fácil tocar el corazón. Basta con que se deje tocar. Sigo pensando que exageras, pero agradezco mucho lo que me dices, y antes de que lo leas de nuevo y cambies de opinión te mando besos, y reverencias. Bueno, aunque no te gustara te las mandaría igual, jaja.
-alex si, echao p'alante pero con prudencia, recuerdalo. Un beso, tesorillo.
-Cosecha si, de verdad que si.
-Thiago Si, se resisten, no lo dudes. Tanto la gramática como los sentimientos. Pero andamos batallando :-)
Z's
Puf, que bonito te ha quedado, prenda. Y es que me he visto tan metido en el personaje, en la urna... Yo hasta ahora no encontré solapa...
PD.: Un superblog como Teodoro y amigos, con el sello rojo de 'eres lo que escribes...' no se merece gazapos así que te mando este link y sólo te pido que hagas lo mismo conmigo cuando la cague.
Mistaken kisses.
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=v%E1ter
-runagay Gracias. No se me ocurrió comprobarlo porque estaba convencido que en la españolización era con b, tenía que haberlo hecho. Me alegro de que me lo hayas dicho, corasón.
Fatiguiting kisses.
Lo escrito me habla de superación. De toma de conciencia sobre lo falso de las percepciones que sobre uno pueden tener los demás, de lo peligroso que es poner la construcción de la autoimagen en factores externos.
El protagonista sabe superarlo, pronto le dará igual ser un diamante que un chino de río.
Me gustó especialmente la imagen de la mano sobre el cristal, ablandándolo, venciendo poco a poco su resistencia.
Un abrazo.
-Argax Si, superación. En uno de los personajes es natural y en el otro, inducida, hay gente de cristal que necesita que la ablanden y para ello nada mejor que un diamante...
Un abrazo.
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