Sadismos

Se ha publicado esta semana "Soldier Of Love", el nuevo álbum de Sade, después de diez años de silencio. Como se ha hablado hasta la saciedad del asunto (un acontecimiento planetario, vaya) en todos los medios, no voy a ser yo, oh queridos y pro-nigerianos lectores, el que desgrane, analice o revise el disco. Más que nada porque es muy flojo, como ya lo fuera el anterior de estudio "Lovers Rock", siempre en mi modesta y humilde opinión. Su voz sigue siendo una caricia y la producción sigue siendo cuidadísima, pero más allá de un par de temas notables (el single, por ejemplo), no deja de ser un álbum agradable, fácil de escuchar, que no molesta, que queda divinamente como fondo en una cena (no necesariamente romántica, aunque también) o en un lugar de trabajo. Y eso no es como para tirar cohetes, la verdad. La portada tiene su gracia, eso sí, parece el cartel de la feria de Málaga, mismamente.

Ay, que estoy molía de tanto menear los volantes...

Cuando yo era joven y moderno, Sade (que es un grupo, no lo olvidemos) era para muchos de nosotros casi un "guilty pleasure". De las pocas cosas comerciales que estaban bien vistas por todos, porque no era exactamente soul ni jazz ni pop ni dance, sino todo junto y todo lo contrario. Después de dos trabajos mayúsculos, "Diamond Life" (1984) y "Promise" (85), hubo un tercero con algo menos de fuelle, "Stronger Than Pride" (88), y una vuelta al ruedo espectacular en 1992 con "Love Deluxe". Y ahí acaba la historia, porque como decía antes, la segunda vuelta al ruedo en 2000 ("Lovers Rock" y el directo que le siguió) y la tercera, con este "Soldier of Love", dejan bastante que desear. Sin ser malos, que no lo son. Pero no tienen magia, que fue el elemento principal de los 4 primeros discos. 

Y aunque su especialidad son los medios tiempos y las no-baladas (porque sus temas lentos nunca son baladas románticas al uso, y eso es maravilloso), mi debilidad son los temas más "groovy". Dejo para el que le apetezca recordar, cuatro de ellos, tres en audio, y uno, que puede ser mi favorito de toda su carrera, con un vídeo rodado en la Aldea de El Rocío, Huelva, nosocomialismos aparte.

Sade - Never As Good As The First Time 

Pero no hay que olvidar que aunque la poderosa imagen y voz de Sade Adu se lleven toda la atención, el principal responsable de todo el asunto es Stuart Matthewman, que pone el saxo, los teclados, la producción y la composición (o co-composición). Y aquí es donde quería llegar, oh amados y aestasalturasaburridos lectores. Matthewman, en la etapa de silencio de Sade entre 1992 y 2000 creó un proyecto con los otros dos músicos del grupo y vocalistas invitados llamado Sweetback, que venía a ser como unos "Sade sin Sade". Grabaron un par de álbumes de jazz-funk exquisitos sin mucha repercusión, aunque con críticas fabulosas, especialmente el primero, de donde sale esta delicia en la que pone la voz Amel Larrieux, cantante de un grupo tan bueno como fugaz, Groove Theory.

Sweetback - You Will Rise

También se dedicó a labores de producción (Maxwell), remezclas (con el seudónimo de Cottonbelly), y compuso algunas bandas sonoras, entre ellas la de una joya semidesconocida llamada "Northfork", que es como si Tim Burton hubiera dirigido un guión de David Lynch. O al revés. Una gozada.

Y en 2000, justo cuando el "Lovers Rock", produjo el disco de una chica de voz dulce y etérea llamada Santessa. "Delirium" también recibió unas críticas estupendas y también pasó sin pena ni gloria, y hoy en día aparece cotizadísimo en cualquier web de amazones, ebayes y compañía.

Se ve que el bueno de Stuart empleó todo su talento en este proyecto, y descuidó a su grupo, a juzgar por el resultado del disco de Sade, que por supuesto se multivendió y multipremió y todo eso. Pero Santessa, de la que nunca se ha vuelto a saber, fue una sorpresa que sigue sonando a gloria. Y hablando de gloria....¿Sade Adu no parece a veces la hermana mulata de Gloria Estefan?