sábado, noviembre 04, 2006

La nube que había olvidado llover


Si, esta nube pensaba que había olvidado cómo llover. Hace tiempo, mucho tiempo, cuando acababa de salir a surcar el espacio, conseguía no sin algo de dificultad repartir algo de lluvia. Se juntaba con otras nubes a las que veía hacer llover (aparentemente) sin ningún problema, pero ella no lo conseguía salvo en muy contadas ocasiones. Quería llegar a ser un cumulonimbo como la mayoría de sus compañeras, pero no pasaba de ser un estrato grisáceo que solia dispersarse con bastante frecuencia.
Por su camino pasaron nubes de muy diversa procedencia. Algunas veces compartió parte de su viaje con algunas de ellas, y poco a poco fue consiguiendo llover, casi siempre de manera irregular, estaba tan poco acostumbrado que la tensión de estar pendiente de su propia lluvia le impedia dejarla salir con fluidez. Pero mal que bien, llegó a tener confianza y pudo llevar algo de prosperidad a algunas tierras.

Lo malo del asunto es que la nube nunca acabó de creerse que era capaz de hacerlo, y no paró de dudar y temer y rechazar a cuantas nubes se le cruzaban hasta que se encontró sola, perdida y fue olvidando de nuevo como provocar la lluvia. En soledad habitualmente no le era dificil, pero eso no la aliviaba, más bien la hacía alimentarse cada vez más de su propia humedad enferma y nada nutritiva. Ni siquiera algún que otro hechicero al que recurrió lograron resultados. Por fuera era simplemente una nube como otra cualquiera. Por dentro se veía a si misma distinta y distante, incapaz de llover, incapaz de volver a dar prosperidad jamás.

Pero hete aquí que otra nube se cruzó en su camino. Una nube juguetona, traviesa, frágil, sabia, amable, que se puso a su lado y le habló, y le miró, y le contó de ciudades blancas y playas rocosas, y Estrato decidió caminar junto a ella, a pesar de que seguía desconfiando de su capacidad para llover. Y desconfiaba, y desconfiaba, y Cúmulo desesperaba. Varias veces estuvieron tentadas de abandonar, cada una por su cuenta, sin atreverse a decirlo, caminando en paralelo por sitios agradables que no acababan de disfrutar. Ese camino se prolongó demasiado.

Y de pronto, cuando todo parecía perdido, Estrato llegó al mar. Tuvo la tentación de dejarse caer, fundirse con el agua salada; ya que no podía hacer lluvia, que el agua la envolviera, la disolviera. Se extendió cuan larga era, y en el momento de lanzarse en picado reparó en algo: una nube la miraba fijamente desde la profundidad del mar. Su cara le era conocida. Una nube normal, como otra cualquiera, digna de llover y de llevar prosperidad como todas las demas. Y extrañamente extendida. Hermosa en su aspecto triste. Probó a sonreirle, y le devolvió la sonrisa. A guiñarle, y le guiñó a la vez. Estrato recuperó su forma, y lanzandole un beso a su propio reflejo, corrió tan deprisa como pudo antes de que Cúmulo desapareciera de su vista.

Hizo falta un poco de tiempo para acostumbrarse. Pero por fin un dia (y como suelen pasar estas cosas, cuando menos se esperaba) llovió. Estrato estalló en una sonora e interminable carcajada de sorpresa, de felicidad. Y desde entonces, llueve con frecuencia. Y la tierra a sus pies es más próspera, más verde, más firme.

Debería estar escuchando "Little Fluffy Clouds" de The Orb, pero hoy le toca a "Separated Ways", de Teddy Thompson (Verve, 2005)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya. Caramba, me has hecho llorar, de verdad. Te lo juro, he tenido que irme al servicio de la oficina a calmarme. No sé qué decir: que llueva, que llueva la Virgen de la Cueva... En fin, que Cúmulo es muy feliz. Que haría cualquier cosa por ti. Me lo ha dicho al oído.

ABZ

eppes dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=A1aT8fNBts8
sólo porque va de nubes, pero tus nobes me gustan más (tienen mejor música, entre otras cosas).

theodore dijo...

después de pelearme largo rato con el blog y amenazarlo con cambiar de look, me ha dejado poner imágenes!!!

ABZ, qué más te puedo decir que no te haya dicho ya. Bueno, se me ocurren un par de cositas o tres, pero creo que no es el lugar ;-)

eppes, lindísimo video, preciosa canción. Gracias!!

El Cinéfilo Ignorante dijo...

También se puede escuchar 'The Little Cloud that Cried' de... Marc Almond, de su miniálbum 'A Woman´s Story (Songs to Take to the Tomb) Volume One'. Vale.