jueves, noviembre 30, 2006

Sssssssshhhhhh....


Some are born to Sweet Delight
Some are born to Endless Night

Música: "Soulville", de Ben Webster (Verve, 1958)

lunes, noviembre 27, 2006

F for Fake


Estos días no estaba muy (con)centrado para escribir. Pero el momento temido ya pasó, y al final fue una cosa un poco tonta, sosa y aburrida. Queridos lectores, algunos ya sabéis en qué consistía eso que me tenía tan atemorizado, otros no. Como esto es público, pues no daré mas detalles que los básicos. Tenía que poner música en una fiesta un poco especial, una de esas ocasiones en que no se puede decir que no, oportunidad única y blah blah blah. Pero llevo demasiado tiempo retirado de la noche y todo eso del dj-ismo, así que como mente inestable que soy, pensaba que no iba a ser capaz de hacerlo (ni siquiera medianamente) bien. Hace 10 o 12 años hubiera estallado en deseos y felicidad, pero ahora no. Aun así pasé la prueba, aunque creo que cualquiera lo hubiera hecho sin problema. Solamente había que "amenizar" ligeramente, la gente estaba poco interesada en lo que sonaba, cosa lógica, por otra parte, porque el evento estaba orientado hacia otras miras. Lo peor es que me colocaron en una situación muy alejada del meollo, en un ala contraria a donde estaba la acción, así que ni siquiera pude ver lo que se cocía por allí. De tener un poco de morro me las hubiera ingeniado para colarme "entre bambalinas", pero claro, de falta de morro es de lo que hablaba yo recientemente.

Pero ya pasó. Y volvió la calma, o casi. Ahora mi mente está ocupada pensando en qué sucederá a miles de kilómetros de aquí. Compartiendo alegrías y decepciones, brillos y sombras, triunfos y chascos contigo, que estás tan lejos y mi piel te extraña.

Suena "You And Your Sister", de This Mortal Coil (4AD, 1991), una maravilla que todo el mundo deberia escuchar al menos una vez en la vida. O dos.

lunes, noviembre 20, 2006

Dear Prudence


Me hace falta ser más desenvuelto. Siempre he querido creer que soy un tipo prudente, por educación y respeto hacia el entorno. Pero la mayoría de las veces no es más que timidez, falta de seguridad o directamente miedo. Todas las cosas grandes y pequeñas me han hecho dudar de mis capacidades. Aplazo decisiones, aplazo llamadas, aplazo reparaciones, todo es siempre para mañana. Y sólo en el ultimo momento me decido, casi siempre sin estar del todo seguro. Y eso si se cumple algún plazo, si no el aplazamiento puede convertirse en indefinido.

Alguien que me importa mucho me cuenta que ha aprendido a echarle morro a la vida en los ultimos años. Envidio eso. A pesar de que cada vez me siento mejor dentro de mi armazón, la seguridad es un sentimiento que me es bastante ajeno. Y el morro no se consigue sin ella.

Tendrá Bonnie Tyler problemas de inseguridad?

Más música para el caos: "Ionisation (1929-31)", de Edgar Varèse (DG, 2001)

jueves, noviembre 16, 2006

I've Got The Brains, You've Got The Looks

Hoy he visto "Lo Que Sé De Lola", de Javier Rebollo, y me ha gustado mucho. Pretendía hablar de ella, pero estoy totalmente desconcentrado y ya he borrado varias veces lo que iba escribiendo. Tal vez lo haga mañana.

Ahora mismo estoy dándole vueltas a otra cosa. He recibido una propuesta para un trabajillo puntual al que no puedo (ni voy a) negarme. Pero me da un canguelo brutal. Seré capaz? Lo haré bien? Por qué hay gente que confía en mí si yo no lo consigo? No es algo difícil, son unas pocas horas en un entorno absolutamente fascinante, al menos en teoría. Más que un trabajo es un regalo. Y un honor que me lo hayan pedido. Pero ahora, y supongo que hasta que me vea metido en faena, estoy convencido de que han elegido mal, que voy a ser un desastre.

Si, estoy pensando en Julie Andrews cargada con la guitarra y la maletilla dirigiéndose a casa de los Von Trapp. Pero no la tengo a mano para escucharla. Así que para completar el caos emocional, un poco de Walter/Wendy Carlos y sus "Timesteps" (CBS 1972, ESD 2000 )

martes, noviembre 14, 2006

Slow Train Coming


Una de las grandes películas de Hitchcock, o lo que es lo mismo, una de las GRANDES películas de la Historia del Cine, "North by Northwest", por acá titulada "Con la Muerte en los Talones" (la verdad es que el título español le sienta muy bien) acaba con una escena memorablemente simbólica. Cary Grant y Eva-Marie Saint, tras haberse pasado la peli corriendo, saltando, huyendo, sufriendo, al fin están juntos, casados, y disfrutando de un viaje de luna de miel en tren. Cary la ayuda a subir a la cama del vagón, junto a él, se besan, y lo siguiente y último que vemos es el tren penetrando en un túnel, que es justo lo que se supone que él le estará haciendo a su linda esposa.

Todos los lunes cojo un tren. La primera parte del trayecto es bajo tierra, después sale a la superficie, y finalmente vuelve a las entrañas de la tierra. No tiene nada parecido al tren de Hitch, pero cada vez que entramos al túnel que lleva hasta la última estación, suelo acordarme de esa escena, y pienso que, nosotros los pasajeros, los presurosos, los aburridos, los pacientes, lo mismo estamos destinados a fecundar a la Madre Tierra. Pero no, en el momento de abrirse las puertas salimos disparados hacia la luz del día o de la noche, y cada uno se va a fecundar o ser fecundado en otras circunstancias.

Claro que también hay estaciones en la superficie. Pero esas dan menos juego para imaginar.

Qué cosas más raras se me ocurren a veces.

Música: "Engine", de Magnus Lindberg (Deutsche Grammophon, 2000)

jueves, noviembre 09, 2006

Sancta Sanctorum


Hoy es Santa Eustolia, Santa Sopatra y San Erefrido. Tal vez esos nombres eran de lo más populares en su momento, o puede que se consideraran extravagantes, pijos, horteras, macarras o directamente feos (como pasa con tantos hoy en día, desde Borja a "Yesi". Una amiga me dijo hace poco el nombre de su padre y no me lo podía creer, me resultó fascinante. Pero por si lee esto, que lo leerá, no lo voy a poner). Y lástima que no celebro los santos, en realidad no celebro ni mi cumpleaños, porque, oh casualidad...hoy es mi santo por partida doble!!! Mi santo como blogger y mi santo real (aunque no es el que yo he no-celebrado desde crío). Ambos el mismo día. Y yo sin saberlo. Y no, no me llamo Almudena :-D

Y hoy me dice el horóscopo que me cuide de mordeduras de serpientes. Si me encuentro con una la miraré a los ojos fijamente y trataré de hipnotizarla. Como lo de "eres una gallina" ya está muy visto, puedo recurrir a "Te llamas Sopatra y eres analista bursátil". A lo mejor me saca de pobre.

Música, santa música: "Antidepressant", de Lloyd Cole (Sanctuary, 2006)

martes, noviembre 07, 2006

Muerte de un Bajante


Y yo hablando de nubes. Qué barbaridad lo que ha llovido desde anoche. Ahora ha parado un poco, pero cuentan que lo peor está al llegar (me encanta ese tono catastrofista tan de telediario, aunque como sea cierto creo que no me va a encantar tanto). Y yo cruzando hasta los dedos de los pies, porque lo de las velas a santos no es lo mío, para que no nos den problemas los bajantes y desagües del edificio donde trabajo, no sería la primera vez que se atascan con tanto volumen de agua y nos mandan un "regalito".

Suena "Melody Mountain", de Susanna and the Magical Orchestra (Rune Grammofon, 2006)

sábado, noviembre 04, 2006

La nube que había olvidado llover


Si, esta nube pensaba que había olvidado cómo llover. Hace tiempo, mucho tiempo, cuando acababa de salir a surcar el espacio, conseguía no sin algo de dificultad repartir algo de lluvia. Se juntaba con otras nubes a las que veía hacer llover (aparentemente) sin ningún problema, pero ella no lo conseguía salvo en muy contadas ocasiones. Quería llegar a ser un cumulonimbo como la mayoría de sus compañeras, pero no pasaba de ser un estrato grisáceo que solia dispersarse con bastante frecuencia.
Por su camino pasaron nubes de muy diversa procedencia. Algunas veces compartió parte de su viaje con algunas de ellas, y poco a poco fue consiguiendo llover, casi siempre de manera irregular, estaba tan poco acostumbrado que la tensión de estar pendiente de su propia lluvia le impedia dejarla salir con fluidez. Pero mal que bien, llegó a tener confianza y pudo llevar algo de prosperidad a algunas tierras.

Lo malo del asunto es que la nube nunca acabó de creerse que era capaz de hacerlo, y no paró de dudar y temer y rechazar a cuantas nubes se le cruzaban hasta que se encontró sola, perdida y fue olvidando de nuevo como provocar la lluvia. En soledad habitualmente no le era dificil, pero eso no la aliviaba, más bien la hacía alimentarse cada vez más de su propia humedad enferma y nada nutritiva. Ni siquiera algún que otro hechicero al que recurrió lograron resultados. Por fuera era simplemente una nube como otra cualquiera. Por dentro se veía a si misma distinta y distante, incapaz de llover, incapaz de volver a dar prosperidad jamás.

Pero hete aquí que otra nube se cruzó en su camino. Una nube juguetona, traviesa, frágil, sabia, amable, que se puso a su lado y le habló, y le miró, y le contó de ciudades blancas y playas rocosas, y Estrato decidió caminar junto a ella, a pesar de que seguía desconfiando de su capacidad para llover. Y desconfiaba, y desconfiaba, y Cúmulo desesperaba. Varias veces estuvieron tentadas de abandonar, cada una por su cuenta, sin atreverse a decirlo, caminando en paralelo por sitios agradables que no acababan de disfrutar. Ese camino se prolongó demasiado.

Y de pronto, cuando todo parecía perdido, Estrato llegó al mar. Tuvo la tentación de dejarse caer, fundirse con el agua salada; ya que no podía hacer lluvia, que el agua la envolviera, la disolviera. Se extendió cuan larga era, y en el momento de lanzarse en picado reparó en algo: una nube la miraba fijamente desde la profundidad del mar. Su cara le era conocida. Una nube normal, como otra cualquiera, digna de llover y de llevar prosperidad como todas las demas. Y extrañamente extendida. Hermosa en su aspecto triste. Probó a sonreirle, y le devolvió la sonrisa. A guiñarle, y le guiñó a la vez. Estrato recuperó su forma, y lanzandole un beso a su propio reflejo, corrió tan deprisa como pudo antes de que Cúmulo desapareciera de su vista.

Hizo falta un poco de tiempo para acostumbrarse. Pero por fin un dia (y como suelen pasar estas cosas, cuando menos se esperaba) llovió. Estrato estalló en una sonora e interminable carcajada de sorpresa, de felicidad. Y desde entonces, llueve con frecuencia. Y la tierra a sus pies es más próspera, más verde, más firme.

Debería estar escuchando "Little Fluffy Clouds" de The Orb, pero hoy le toca a "Separated Ways", de Teddy Thompson (Verve, 2005)

viernes, noviembre 03, 2006

Pendiente del Dependiente Independiente (Revele su Rollo)

Vienen y me cuentan cosas. Me preguntan, se interesan, me hacen confidencias, se desnudan (sólo metafóricamente, por suerte unas veces y por desgracia otras). A veces he querido ser simplemente un cajero que se limita a cobrar la mercancía y no establece ningún tipo de vínculo con su clientela. En otros momentos de mi vida me he quejado por sentirme expuesto y no tener opción de escoger a la gente que quiero ver, quedar con quien yo decida para tomar un café y charlar. Pero siempre estoy ahí, siempre a la vista, siempre disponible, no me queda otro remedio por el tipo de trabajo que tengo. Y con el tiempo he comprendido que todas esas visitas que vienen a algo más que comprar son un regalo. Incluso a veces cuando estoy muy ocupado y apenas puedo dedicarles unas frases, es grato saber que vienen y me cuentan cosas. Alguna vez he puesto mala cara, he dicho algo en mal tono, alguna vez he herido a alguien, me he sentido harto de ese papel. Cada vez soy más capaz de respirar hondo, relajarme, y comprender que es una suerte que entre muchos otros sitios donde pueden gastar su dinero me hayan escogido a mi. Y no por los beneficios economicos que eso conlleve, sino porque de algún modo imagino que se sienten a gusto. Pueden quedarse un rato, echar unas risas, hablar de aficiones, de amores, de dolores. Y me gusta escucharlos, aprender de ellos, y aprecio sus visitas, aunque no tenga tiempo o esté en varias cosas a la vez. Y salvo muy contados casos, nunca he tenido contacto con ellos fuera del trabajo. Incluso a algunos me los he encontrado en la calle y la cosa no ha pasado de un saludo y una breve conversación.

Aunque suene un poco raro, siempre he pensado que mi trabajo, por muchos motivos, consiste en hacer feliz a la gente.

My life is music: "I Know Electrikboy", de Madkatt Courtship (FFRR, 1999)