No ha sido una pausa premeditada, por eso nunca hubo aviso ni anuncio ni post dramático de esos que tanto me gustan. Como ya sabéis algunos (y aprovecho para agradecer calurosamente mensajes, correos, espotifitudes y demás), todo empezó con una rachita de poca inspiración que creció y creció y todo lo fue devorando, como la Nada aquella de La Historia Interminable. Pero se regresará, no está muy claro cuando, pero se regresará, la cabra tira al monte, y la cabra loca tira al blog. Os he seguido leyendo en silencio pero la Nada devoró hasta la capacidad comentarística (palabro!!). Ahora me hallo en proceso de reunión de mis redactores, aunque hay uno que me está costando trabajito localizar, no quiero ni imaginar en qué tugurios andará metido, ay señor, señor. Lo último que supimos de él es que se apañó un querindongo en el Festival de Cine que le había prometido un papelito en alguna serie de moda ("Aguila revuelta" o "Amar en Barcos Químicos", no me quedó claro del todo), pero ya se sabe que la gente de la farándula es muy...muy. Y cualquiera sabe. Al menos tuvo el detalle de escribirnos una carta de su puño y uñas esculpidas letra, y ese momento tan emotivo de la llegada de la misiva quedó recogido en este bello documento audiovisual, para mostrárselo si alguna vez regresa. Si alguna vez regresamos todos.
(y efectivamente, no se han habilitado los comentarios en esta entrada, que bastantes habéis ido dejando estos días en la anterior y no han sido respondidos, aunque sí enormemente agradecidos, sabedlo, oh queridos y reencontrados lectores)